“La sequía lo único que hizo fue visibilizar un problema de gestión que tenemos con nuestros recursos hídricos”
Escrito por La Colectiva Radio el 13 de julio de 2023
Informe sobre la situación con el agua en Uruguay
El reservorio de agua del que toma Obras Sanitarias del Estado (OSE) en la localidad de Paso Severino tiene una capacidad de 67 millones de litros. A principio de este mes había sólo el 2% y ha continuado bajando. Esto se debe a una sequía histórica, que afecta de esta manera porque durante los últimos 30 años se cambió el uso del suelo. Pero además de este cambio, se crearon normas como la ley de riego que funciona como un marco legal a medida de las empresas vinculadas al agronegocio y se le dio la espalda al artículo 47 de la constitución uruguaya, producto de un plebiscito aprobado por el 64.7% de los ciudadanos, el 31 de octubre de 2004. En este informe compartimos las opiniones de Carmen Sosa, integrarte de la Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida y de la ingeniera agrónoma Anahit Aharonian.
“Crónica de una muerte anunciada”, así calificaron la mayoría de las uruguayas y uruguayos consultados para este informe la situación que hoy vive más del 60% de los habitantes de Uruguay. Y, al igual que en la novela de García Márquez, comenzamos por la última foto, la de la sequía que lleva más de tres años, acompañada por la mora del gobierno de Lacalle Pou en tomar alguna medida paliativa. Por las canillas de Montevideo, parte de Canelones y de San José, ese equivalente al AMBA aquí, sale agua, pero de dudosa potabilidad. Los valores actuales de cloruro y sodio, duplican las tasas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.
El río Santa Lucía alimenta a esta región. Nace en las sierras de Minas y desemboca en el Río de la Plata y no es necesario recurrir a fotos color sepia para dar testimonio de sus aguas, los bosques naturales a sus orillas eran lugar de encuentros mientras su caudal se podía ver brillar al sol desde el viejo puente de hierro que lo cruza habilitando el ingreso a Montevideo, hasta hace unos 20 años. Junto con el agua se fue ese paisaje y hasta tal punto se fue, que el historiador uruguayo Gonzalo Abella lo explica de esta forma: “Hoy los barros de los costados del río no se pueden usar ni para ladrillos por la cantidad de venenos que traen”.
Desde 1987 hubo necesidad de construir la represa de Paso Severino, alimentada por el Santa Lucía grande y el Santa Lucía chico, como prevención, por una sequía. De ese reservorio es de donde se toma el agua para el área metropolitana de Montevideo y este embalse, con capacidad para 67 millones de litros de agua, al primero de julio estaba reducido a menos del 2% . Ante esa situación OSE comenzó a mezclarla con el agua del Río de la Plata. Y el resultado lo explicó el ahora ex ministro de ambiente Robert Bouvier: “No es potable en la definición perfecta de la palabra potabilidad, que son indicadores. Lo que decimos es que el agua es bebible…”
Pero ¿es sequía o saqueo?
En 2004 se realizó un plebiscito para consagrar al agua como derecho humano en la Constitución y fijar su manejo exclusivamente público, participativo y sostenible. Y el resultado fue categórico, el 64,7% de los ciudadanos lo apoyó convirtiendo a Uruguay en el primer país del mundo en consagrar el derecho al agua en su Constitución. (artículo 47)
La iniciativa fue llevada adelante por la Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida, una coalición amplia de organizaciones sociales y políticas, que nació en 2002. Carmen Sosa forma parte de esa comisión que sigue funcionando hasta el presente. Le pedimos alguna explicación de cómo llegamos hasta aquí y esto nos decía: “Esto se produce por lo que estamos haciendo con nuestras fuentes hídricas. El agua para consumo humano es absolutamente minoritaria con respecto a los otros usos, al agronegocio que se lleva más del 80% del agua dulce que existe en el Uruguay. Eso que consumimos tiene agua salada, el otro 80% tiene agua dulce, porque los emprendimientos como las pasteras, los arroceros, los ganaderos siguen tan campantes tomando el agua. Por eso todos los movimientos sociales que estamos peleando por esto decimos que esto no es sequía, es saqueo”
Respecto a como se fue modificando el marco legal ajustándolo a otros intereses, Sosa dijo que “El plebiscito prevé que los recursos debían estar en empresas públicas y estatales y que toda la gestión de los recursos hídricos debería contar necesariamente con la participación gestión y control de toda la ciudadanía. Estos ámbitos de participación del 2004 a la fecha han sido sistemáticamente ignorados. De hecho todos los emprendimientos que tenemos, las tres pasteras y los que se prevén, ahora tenemos un proyecto de hidrógeno verde, Google que se viene a instalar con un mega data center, nada de eso pasó por los ambientes de participación. Se han firmado esos contratos a espaldas de la ciudadanía.”
Volviendo al río dulce y limpio que abastecía a Montevideo y sus alrededores Carmen Sosa señaló: “Solamente les voy a dar un ejemplo de como ha sido muy difícil esto y como el agronegocio ha hecho una presión tremenda. Acá tenemos tres categorías para los terrenos que son áreas de cosecha de agua. La cuenca del Santa Lucía tiene categoría tres, que es la categoría en la que se permite casi cualquier cosa en la cuenca. Durante todos estos años, los compañeros de la Comisión de Cuencas del Santa Lucía han estado peleando para que se categorice como uno, que se supone que es donde se cuida el agua para consumo humano (…) Ahora tiene todo tipo de actividades, por lo que ese río está completamente contaminado, lo que hace cada vez más difícil potabilizar el agua”
Sosa agregó que además de esta situación y a partir de la Ley de Riego de 2017 se construyeron más de 480 embalses a los largo de esa cuenca. Concluyó afirmando que “La sequía lo único que hizo fue visibilizar un problema de gestión que tenemos con nuestros recursos hídricos”
Cambio del uso del suelo
Carmen Sosa apunta al cambio de uso del suelo y sobre este tema consultamos a la ingeniera agrónoma y también integrante de la Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida, Anahit Aharonian.
“Venimos planteando, cuando se habla de cambio climático, que en el fondo, hablar de cambio climático disfraza lo que ha implicado el cambio del uso del suelo en toda la región. Ese cambio incluye la afectación en la evapotranspiración, en las posibilidades de cosecha del agua y en el mantenimiento de nuestros ríos y arroyos”, explicó Aharonian. Luego apuntó a las especie exóticas, “Como pueden ser los eucaliptos, los pinos o la soja en grandes extensiones”, que sustituyen las plantaciones nativas influyendo también en ese cambio.
Sobre las consecuencias de esas sustituciones, señaló que “(…) hace que se pierdan funciones ecosistémicas que la naturaleza nos regala sin costo alguno, que es la posibilidad de nuestros suelos de absorber, depurar y retener el agua. Entonces, si yo hago un cambio en el uso del suelo y planto eucaliptus en una zona de cosecha de agua, significa que ese suelo, que tiene todo un entramado de raíces de las plantaciones de eucaliptus, no va a poder absorber el agua. Se pierde el control de los procesos de formación de suelos, porque ese suelo ha perdido su estructura, su porosidad”.
Finalmente agregó que “Con esa mentalidad de que se tiene que sacar dinero de esta tierra, sólo dinero, se ha permitido que a las riberas del río Santa Lucía y sus afluentes, se las desnude, se les saca el monte ribereño que es fundamental para cumplir con estas funciones de retención del agua, además de retener al propio suelo. Hay barrancas que están absolutamente erosionadas y todo eso cae al río (…) enturbian el agua con exceso de fósforo, exceso de nitrógeno por los fertilizantes que se tiran al boleo, irresponsablemente.”
Proyecto Neptuno y la privatización de la gestión
Dentro de las soluciones propuestas está el proyecto Neptuno que le costaría a los uruguayos unos 300 millones de dólares, según fuentes del ente estatal. Pero el problema no reside solamente en el costo ni que sea una empresa privada la que lo llevaría adelante, sino que además, especialistas lo consideran un disparate por el lugar donde está pensado instalar la planta de toma de agua. “Es la más absurda y surrealista idea de tomar el agua del Río de la Plata de una zona donde el río es la cloaca de la región. Confluyen los desechos de cinco países, de los ríos Paraná, Paraguay, Uruguay y encima el emisario de Buenos Aires”. El canal emisario al que hace referencia Aharonian es una tubería que lleva desde Berazategui a 8km río adentro los desechos cloacales de esa zona del AMBA, a razón de 33 M3 por segundo.
Respecto a las empresas privadas que vienen por el agua, la ingeniera agrónoma mostró su preocupación en general con este tipo de corporaciones y muy particularmente por el desembarco de Mekorot. “La empresa estatal israelí Mekorot, que es especialista en su territorio de robar el agua al pueblo palestino, de robar territorios al pueblo palestino, apoyada en el terrorismo de Estado del Estado que representa en base al uso de las armas y del ejército israelí, tiene un contrato con la OSE firmado en marzo de 2022.”
Mientras tanto, las reacciones populares son incipientes. Hubo manifestaciones en Capurro, en La Teja, en el Cerro, todos barrios de Montevideo y en la fuente del Puma, en las sierras de Minas, operada por la empresa Danone, propietaria de la tradicional marca de agua mineral Salus.
También en esta semana judicializaron a integrantes del sindicato que nuclea a los trabajadores de OSE (FFOSE). El 13 de junio se colocó una bomba de humo en las oficinas de OSE, mientras el directorio abría los sobres con las ofertas para la construcción del proyecto Neptuno y Lacalle Pou anuncio que promoverá la denuncia penal contra los gremialistas que la pusieron. Por su parte, desde el gremio aseguran que el que está haciendo humo es el gobierno intentando desviar la atención del problema que afecta al 60% de la población uruguaya.
Entre los hechos que nos llamaron la atención durante estos diálogos con Aharonian y Sosa, nos pareció particularmente llamativo que quienes sostuvieron la propuesta y la campaña por el plebiscito de 2004 no se tomaran un merecido descanso a partir de la aprobación popular. “No nos disolvimos por una razón muy sencilla, porque vimos que no era suficiente que estuviera en la Constitución…y lamentablemente no nos equivocamos. Si no hay un pueblo organizado atrás, no importa lo que diga la Constitución, no se va a cumplir”
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