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La ciencia al servicio de las empresas – Charla en Agronomía con Matías Blaustein

Escrito por el 26 de mayo de 2022

El jueves de la semana pasada, la agrupación estudiantil «Abriendo Caminos» de la Facultad de Agronomía sita en Av.San Martín 4453 de la Ciudad Autonoma de Buenos Aires, organizó una charla con Matías Blaustein sobre el nuevo evento de trigo transgénico y los vínculos entre empresas y universidades y centros de investigación. El científico puso en contexto el modelo de producción extractivista en nuestro país, explicó los mecanismos de penetración de las megaempresas en universidades y centros de investigación públicos y ratificó la necesidad de producir un cambio 

En la tarde-noche del jueves, la agrupación estudiantil Abriendo Caminos, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) y otras organizaciones barriales, organizaron en el espacio del centro de estudiantes una charla sobre transgénicos, con eje en el recientemente autorizado HB4, primer evento transgénico de trigo en el mundo. El invitado fue el Dr. Matías Blaustein, coordinador del Grupo de Biología de Sistemas y Filosofía del Cáncer, Investigador CONICET – Docente de la UBA.

 

A pesar de la noche destemplada, varios vecinos se acercaron para escuchar y dar su opinión. El evento fue convocado dos días antes de la marcha mundial contra Monsanto que se realizó el sábado pasado y fue transmitido en vivo por el Facebook del periódico barrial Trascartón.

Políticas de Estado

En la primera parte de su exposición, el Dr. Blaustein describió los hitos más importantes de este modelo de producción, al que calificó como extractivista, de saqueo y contaminación, desde 1996, cuando el entonces ministro de Agricultura Felipe Solá habilitó el primer evento transgénico con uso de Glifosato hasta el presente, modelo que atravesó y contó con el apoyo y financiamiento de todos los gobiernos.

Posteriormente, Blaustein describió la ciencia crítica, la ciencia contrahegemónica, realizó también una descripción del modelo científico hegemónico, el que produce conocimiento e impone un discurso dominante.

Se trata de extractivismo de conocimiento, de extractivismo de recursos humanos que va a parar a las grandes empresas privadas, que no necesariamente son Monsanto o Singenta, sino que son los propios Grocopatel, el propio Sigman.Y es ese extractivismo de conocimiento que se genera acá, en Agronomía, que se genera en mi facultad, en Exactas y Naturales, en la Universidad del Litoral, en el Conicet el que termina favoreciendo a manos privadas que se quedan con este dinero. Lo mismo pasó con las vacunas. Ustedes sepan: diez veces más dinero ha puesto el Estado en Sigman para que haga vacunas, que en el Ministerio de Ciencia y Técnica. Diez veces más se le pagó a Sigman para que haga vacunas, siendo que Sigman es uno de los socios más importante de Bioceres, que es parte, justamente, de este negocio. Sigman es parte también de quienes desarrollan vacunas para el ganado, no solo del agro sino también ganadera.”

Describió también, cómo los intereses empresariales se entrelazan con las industrias de los medicamentos, las farmacéuticas llevando a cabo lo que caracterizó como un modelo de producción que enferma y que luego produce y vende medicamentos para esas enfermedades.

Empresas y producción de conocimiento

¿Cómo acceden las diferentes empresas a interactuar profundamente con universidades y centros de investigación del Estado? A esa pregunta Matías Blaustein desplegó una respuesta con varias aristas: “Hay varios mecanismos que van, directamente desde el soborno y vender el alma al diablo, es decir, ser un doble agente, a la vez de ser CEO de una empresa, de trabajar para esa empresa, ser parte de una institución pública. Eso se usa mucho, pero también operan otros mecanismos de extorsión, de alienación y de presión que son tan importantes como los otros. Los de alienación tiene que ver con un sistema cada vez más precarizado, en el cual se trata de que quienes producen conocimiento sean personas que saben cada vez mas de algo más chiquito y cada vez menos de lo general (…) Mecanismos de presión muy fuertes: si yo trabajo denunciando el agronegocio o denunciando la farmacéutica, a mi no me van a dar el subsidio (…) Y después están, lisa y llanamente todos los convenios; Minera La Alumbrera directamente le provee la luz a hospitales o a la Universidad de Tucumán, nuestra facultad acepta los fondos de Minera La Alumbrera, los convenios permiten comprar computadoras que sin Microsoft no podrían haber sido compradas…”

Y por casa cómo andamos

Formó parte de la charla Melisa Velázquez, integrante de la agrupación estudiantil Abriendo Caminos y explicó el funcionamiento de estas empresas dentro de la FAUBA: “Hay convenios entre empresas como Monsanto, Singenta, AAPRESID, Dow y un montón de otras más. Nosotres hace trece años que venimos con la campaña “Fuera Monsanto y todas las empresas contaminantes de la FAUBA y así, organizándonos entre estudiantes, docentes fue que en 2018 pudimos derogar un convenio que se iba a renovar con Benetton (…) pero somos la única agrupación que plantea esto, porque otra de las agrupaciones es la Línea de Agronomía Independiente, que es la Sociedad Rural y que plantea que estas empresas y estos convenios tienen que permanecer porque le dan trabajo, fondos a la FAUBA.”

Velázquez agregó que materias como Agroecología son electivas y no forman parte de la currícula y los docentes que la dictan lo hacen ad honorem.”

 

Al panorama sombrío se contrapone la respuesta de los alumnos que en estos años han forzado con su concurrencia ampliar el lugar donde se da la materia. Por otra parte, en palabras de Matías Blaustein, cada vez más son los científicos que siguen la huella de Andrés Carrasco, que abrió una brecha definitivamente para la ciencia digna “…que plantee por sobre lo privado lo público y si se puede, incluso mejor lo popular, por sobre la competencia el compartir, la cooperación y básicamente un tipo de ciencia que no solamente produzca, haga producción pública de medicamentos y vacunas en vez de dárselo a la farmacéuticas, sino que esté un paso antes y en vez de ser parte del saqueo, ser parte de la contaminación, ser parte de la expansión de la frontera del agronegocio, pase a investigar cuáles son los determinante sociales y ambientales de la enfermedad, deje de producir una ciencia al servicio del extractivismo y genere otro tipo de ciencia al servicio de los pueblos.”

 


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