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El juicio a un espia de la federal entró en su etapa final

Escrito por el 17 de marzo de 2023

Comenzó esta semana el juicio a Américo Balbuena, espía de la Policía Federal infiltrado en una agencia de noticias durante once años. Junto con él son juzgados dos jefes directos, Alfonso Ustares y Alejandro Sánchez, responsables de la División Análisis, quienes recibían la información que Balbuena recolectaba. Las audiencias se desarrollaron entre el martes y el jueves, día en el que cerraron las testimoniales. El miércoles próximo se escucharán los alegatos de la querella, la Fiscalía y los defensores

El martes 14 arrancó el juicio contra un policía que se hizo pasar por periodista para espiar a organizaciones sociales. Se trata de Américo Alejandro Balbuena, oficial de Inteligencia de la Policía Federal, que fuera infiltrado desde el año 2002 y hasta ser descubierto en mayo de 2013, en la Agencia Walsh. Desde su posición como periodista pudo efectuar actividades de espionaje a fin de obtener un mapa del movimiento popular.

Balbuena accedió a su cargo en dictadura y llegó a Jefe de la sección Reunión-División Análisis, durante las gestiones de E. Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Su identidad como espía salió a la luz durante la gestión de Nilda Garré al frente del Ministerio de Seguridad, quien optó por desafectarlo.

Balbuena y sus dos jefes están acusados por infracción a la Ley de Inteligencia y por incumplimiento de los deberes de funcionario público. El proceso está a cargo del juez federal Daniel Rafecas. Los fiscales son Carlos Stornelli y Ariel Quety. La querella está representada por el abogado Matías Aufieri, junto a Myriam Bregman, Liliana Mazea y Carlos Platkowsky del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CEPRODH).

Desde el martes y hasta el jueves se realizaron tres audiencias en la Sala Amia de los tribunales de Comodoro Py, donde referentes de algunas de las organizaciones sociales afectadas por el accionar del espía brindaron sus testimonios.

Imágenes de archivo.

Las organizaciones afectadas

El “Pelado” Balbuena probó primero en La Tribu, pero encendió alertas y le frenaron su accionar. Luego se reencontró con un compañero de la secundaria, que era uno de los fundadores de la Agencia Walsh y esto le abrió las puertas a la agencia y desde allí a conectarse, en algunos casos empáticamente, con movimiento sociales, sindicatos, organizaciones de víctimas de gatillo fácil, organizaciones estudiantiles. Esto se vio reflejado en la mayoría de los testimonios que se escucharon en los dos primeros días de audiencias.

La diputada Myriam Bregman, al hablar por la querella en la apertura del juicio, destacó que la causa “demuestra que los gobiernos pasan y los grupos de inteligencia quedan” y que a estos grupos “todos los rechazan cuando son oposición y los usan cuando son gobierno”. Bregman es una de la impulsoras de la investigación y está presente en la causa desde la denuncia pública contra Balbuena realizada por varias organizaciones el 7 de mayo de 2013 en el local de CORREPI

Precisamente, María del Carmen Verdú, fundadora de CORREPI, fue una de las testigos en estas audiencias. De acuerdo a lo publicado por La Retaguardia, la abogada explicó que Balbuena tenía especial interés en los casos de gatillo fácil o torturas seguidas de muerte cuyos acusados eran integrantes de la Policía Federal. “El énfasis de Balbuena siempre estaba puesto en esas causas” y que una vez descubierta su verdadera identidad, se explicó porqué “hacía infinidad de preguntas sobre la organización interna de Correpi y en especial sobre normas de seguridad”.

Además de Verdú dieron sus testimonios Oscar Castelnovo, quien integraba la Agencia Walsh, Carlos “Sueco” Lordkipanidse; Christian Castillo, del PTS, Claudio Dellecarbonara, referente de la lucha de los trabajadores del subte, Vilma Ripoll, del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), Juan Carlos Giordano, de Izquierda Socialista, la psiquiatra Diana Kordon, entre otros. Todos los testimonios ratificaron que la presencia de Balbuena en las actividades no era un entretenimiento, como quiere presentarlo su defensa, sino que era una tarea completa, apuntando a que en general era de los primeros en llegar y de los últimos en irse.

Imágenes de archivo.

Descubriendo a Américo

La apertura de la conferencia de prensa de 2013 estuvo a cargo de Rodolfo Grinberg, referente de la Agencia Walsh. Explicó cómo tomaron conocimiento de las actividades de Balbuena: “Nos llega esta información por una fuente nuestra, vemos una lista con nombres que la pudimos leer pero no tener copia de ella. En esa lista figuraba el nombre de este agente de la policía. (…) Nosotros, con este dato lo que hicimos fue tratar de corroborarlo. Finalmente nuestro abogado, el Dr. Eduardo Soares, pudo corroborar el jueves pasado esta información de una fuente directa del Ministerio de Seguridad”

Años después, en 2018, en entrevista realizada por Enredando las Mañanas, Soares recordaba: “Yo no había oído hablar jamás de Balbuena, hasta que la Agencia Rodolfo Walsh pide una reunión con la Gremial de Abogados. Vinieron varias personas entre ellas Oscar Castelnovo que era, en ese momento, el nombre más visible de la Agencia Walsh y me plantearon el tema Balbuena. Me explicaron cómo habían llegado a la conclusión. Me consultaron qué debían hacer, si denunciar o no. Lo primero que les dije que debíamos verificar las pruebas que tenían y les pedí un día para hacer algunas gestiones”.

Y el abogado fue a la fuente más directa, “En ese momento, a pesar de que no era adscrito al kirchnerismo, llamé a una amiga que era Nilda Garré. Hacía poco que había asumido el Ministerio de Seguridad, y le dije – mirá Nilda, vinieron de la Agencia Walsh y dicen que ustedes (¡le tuve que decir ustedes!) tienen un hombre. A lo que me contestó que no tenía idea, que le diera un par de horas y me llamaba. A las tres horas se comunica conmigo y me dice que le habían confirmado que sí, que era un infiltrado que no lo había puesto su gestión y que me daba su palabra de que pediría el retiro”.

La presencia de este espía, como consecuencia inmediata destruyó a la agencia y causó un daño enorme en los movimientos sociales y en los medios alternativos de comunicación, muchos de cuyos integrantes habían realizado coberturas conjuntas con Balbuena y donde era considerado un compañero más.

El miércoles próximo desde las 14 horas se escucharán los alegatos. Primero el de la querella, luego el de la fiscalía y por último el de los tres ex policías. La pena máxima para estos delitos es la de dos años de prisión en suspenso e inhabilitación. Recién en 2015 se reformó la Ley de Inteligencia que puso penas más específicas y más graves.


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