Montaña, crónica de un cáncer
Escrito por La Colectiva Radio el 7 de febrero de 2025
«Montaña. Crónica de un cáncer» es una novela ilustrada autobiográfica creada y financiada íntegramente por un equipo de 3 mujeres: Florencia Curi, su autora, Marianela Müller, ilustradora del libro y Maite Diorio, la editora.
Este libro cuenta en primera persona la experiencia de una joven que debe hacer frente a su diagnóstico de cáncer, un camino de luces y sombras, lleno de desafíos y aprendizajes para ella, pero también para las personas que la acompañan. Montaña no es un libro de autoayuda, sino un compañero de viaje para quienes atraviesan situaciones similares. A través de sus páginas, los lectores encontrarán un espacio de identificación y comprensión, pero también una fuente de inspiración y esperanza. La obra recuerda que incluso en los momentos más oscuros, es posible encontrar belleza y significado en la vida.
Desde Radio la Colectiva, entrevistamos a Florencia, Mariela y Maite para que nos cuenten cómo fue el proceso de esta novela y qué representa para ellas este proyecto autogestivo.
(foto tomada de @montanalibroilustrado )
¿En qué consiste Montaña? ¿Cómo fue creada?
Florencia: Montaña es un libro que fue creado por las tres, si bien habla de una experiencia personal propia de lo que fue mi experiencia con el cáncer, creo que están las voces de las tres y eso se nota una vez que se vive la experiencia de la lectura. Es un libro autobiográfico que pretende ser un compañero de viaje, no es un libro de autoayuda, no viene a dar una receta de nada, no te viene a dar una solución ni que esto es por acá o es por allá, es compartir una experiencia dolorosa y cómo a través de los vínculos, de la amistad, de la familia, de todo ese acompañamiento y esa red que uno teje, se puede atravesar una experiencia que es sumamente dolorosa.
Es un libro financiado y creado por tres mujeres. ¿Cómo se fue dando ese vínculo y la construcción del libro?
Maite: Nosotros arrancamos con la idea hace como 8 años. Florencia fue escribiendo y yo le propuse convertirlo en un libro. Fue largo el proceso, tuvimos como varias etapas, pero siempre pensamos que tenía que ser ilustrado.
De hecho, al principio lo habíamos pensado como novela gráfica y cuando Flor fue avanzando, yo soy la editora del libro, fuimos pensando quién lo podía ilustrar hasta que apareció Mari. Teníamos un texto que todavía había que seguir trabajando, pero queríamos que las imágenes no solo ilustraran meramente lo que decía, sino que le agregaran una capa de lecturas distintas, por ahí más por el lado poético.
Entonces ahí fue que empezamos a trabajar las tres, muy en conjunto para ir tejiendo entre las palabras y las imágenes algo nuevo, algo distinto y ese creo yo que es el plus que tiene este libro, lo trabajamos mucho y lo trabajamos muy entre las tres.
¿Cómo fue el trabajo de ilustración del libro?
Marianela: Creo que para comenzar había una base y un pensamiento del proyecto que enseguida me entusiasmó y me convocó mucho, las chicas ya venían trabajando hace algunos años cuando yo me sumé. Muy rápidamente nos pudimos entender y hablar el mismo lenguaje, pero el desafío en realidad era que mi objetivo no era decir lo mismo o reinterpretar las palabras de Flor, sino sumar otra capa y otra información que quizás no estaba en el texto. Y de hecho, bueno, ahí es donde estuvo el trabajo de May, pensando qué partes las contábamos desde el texto y cuáles desde la imagen y poder aportar desde la ilustración a esa búsqueda y a ese transmitir un mensaje, que quizás no estaba en palabras y que evocaba más al mundo de las emociones, de los sentimientos. Obviamente que era un desafío muy grande y que encaramos las tres con mucha responsabilidad y respeto, porque en algún punto también buscamos romper esa cosa más rígida, esa coraza, y acercarnos y que sea una historia próxima, una historia que pueda acompañar y en eso me parece que hubo un trabajo muy fluido de parte de las tres donde se pudo ir volcando con mucha libertad y con mucha confianza mutua en la voz de la otra. Yo me sentí super acompañada y sostenida por las chicas para poder proponer, hacer, deshacer y cada una de nosotras creo que que vivió un poco eso a lo largo del proceso del libro.
¿Qué se quiso transmitir desde la escritura? ¿De qué manera quisieron contar la historia?
Florencia: Yo creo que eso un poco fue cambiando y mutando. El proceso de la escritura fue muy largo y yo creo que en una primera instancia el libro tiene mucho de lo que vendría a ser una etapa inicial de catarsis en donde si bien uno pensaba que podía escribir algo que ayudara a otro, un compañero de viaje, de que no se sienta solo, de cuáles son todas las cosas y las experiencias que uno fue viviendo y que a mí me hubiera gustado tener como información. En esa primera instancia había mucho enojo, había un tinte y un tono distinto de narrar que después se transformó en un tono mucho más cuidado, en otro momento de la escritura en donde yo ya me encontraba sana, no estaba pasando el proceso de tratamiento y creo que eso también hizo que entendiéramos que hay ciertas cosas que se tienen que trabajar con delicadeza, por lo que el otro está viviendo.
Hay una anécdota que siempre cuento que tiene que ver con la importancia de la ilustración. Este libro siempre fue pensado en un libro que fuera ilustrado y fue porque cuando yo estuve haciendo las quimios, Maite me había regalado un libro que era una novela gráfica y fue lo único que yo pude tener en las quimios, porque era lo único que yo podía ver, no podía leer y lo único que yo podía calzar en la pierna y mirar.
¿Por qué Montaña?
Maite: Es difícil decir sin spoilear, pero tiene varios sentidos, uno es más bien lo simbólico. En realidad, primero había empezado como montaña rusa. Porque es lo que Flor narraba pero muchas otras personas también, esta montaña rusa de emociones que vas viviendo, tanto la persona que está transitando como todo su círculo. Por momentos muy arriba, por otros momentos más abajo. Y ya llegando a un proceso más avanzado, la tapa nunca nos cerraba, nunca nos gustaba. Además Mari había hecho unas pruebas con unas ideas de una montaña que tenía forma de mujer, y nos encantó. Yo un día iba caminando por la calle y dije:“es que el libro no se tiene que llamar montaña rusa, se tiene que llamar montaña”. Porque también es una montaña y hay un simbolismo en la montaña, todo el desafío que es subir una montaña. Y también cuando llegás a la cima de la montaña de alguna manera ves todo el recorrido que hiciste. Entonces yo le dije a las chicas, les mandé un audio muy emocionada, como cuando ves la luz y se te prende la lamparita y les dije: «Chicas, se tiene que llamar montaña solo.» Y las chicas dijeron, «Claro, sí, sí, sí.» Como que no fue una discusión, fue un; “Si, vamos con montaña”.
Montaña es un libro que acompaña el camino. Un camino doloroso y de aprendizaje. Es un libro que te dice que no estás solo, que hay gente que pasó por lo mismo, y que la red de personas que acompañan en estas situaciones y el amor es lo importa y nos salva.
Invitamos a escuchar la entrevista completa en audio y el prólogo. El prólogo de este libro fue escrito por Mariela Acevedo, una reconocida investigadiora ,editora de historietas que luchó contra el cáncer y que falleció hace pocos días. Para ella nuestro homenaje y este hermoso libro.
Montaña y sus ilustraciones formarán parte el próximo 22 de febrero en el evento solidario El cáncer en clave de comic, en el Centro Cultural Chimera, ubicado en la calle Tres Arroyos 402 del barrio de Villa Crespo.
Escuchá la entrevista completa:
Escuchá el prólogo del libro: «La suerte está en tus manos» de Mariela Acevedo
Este libro se realiza de manera autogestiva y es posible a partir del financiamiento colectivo. El libro se puede conseguir a través de la web Montaña: libro ilustrado y en Capital Federal en las librerías Salvaje federal, Sudestada y Mu Trinchera. En Entre Ríos, en Chajarí, en la librería Vaina de Chajarí, en Babel libros en Concordia y Vaporeso en Paraná.
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