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Trabajo de Cuidado no remunerado

Escrito por el 12 de febrero de 2024

“Libremente en la Radio” es un espacio que busca difundir las acciones positivas que la gente común realiza todos los días. Un mar de voluntades, que con pequeños y grandes gestos construyen un presente digno y valiente. Este programa emitido por La Colectiva Radio esta conducido por Silvana Pécora y Eli Rodríguez Palancas y en operación técnica Graciela Gurvitz.
En esta oportunidad se abordó la cuestión de género en el mundo del trabajo y se convocaron a dos mujeres trabajadoras dentro del marco estatal en la Ciudad de Buenos Aires. Ambas estudian y analizan cuestiones de género en el ámbito laboral. Andrea Solís magister en género, sociedad y política, psicóloga y arte terapeuta, militante social y trabajadora estatal previsional y Celeste Paz, pedagoga social, militante sindical feminista y trabajadora estatal de la Seguridad Social.

Antes de meternos de lleno en el tema, Celeste contó en que consiste la “Pedagogía Social” y los inconvenientes que ha sufrido la carrera en el último año. Esta carrera terciaria, que se cursa en la ciudad de Buenos Aires, tiene título de alcance Nacional. Apunta a la educación no formal ligada a los “Programas Socioeducativos” de la ciudad de Bs As, incluyendo a todos los espacios de aprendizaje no referidos a la escuela tradicional. A finales del 2022, el Gobierno de la Ciudad de la mano de Horaciano Rodríguez Larreta intentó cerrar el terciario correspondiente a la carrera, que se dicta en una institución escolar en el barrio de Almagro. El colectivo estudiantil y docente tuvo que establecer una medida de lucha para reabrir la matriculación y proteger a la escuela de los ajustes indiscriminados por parte del gobierno porteño a la educación pública. Las mujeres suelen ser las participantes más activas de lucha en defensa de los derechos, no solo dentro de la Ciudad de Buenos Aires, sinó en el mundo entero.

El Trabajo de Cuidado No Remunerado comprende a las tareas que realizan todas las personas para vivir cada día, por ejemplo ordenar, limpiar y/o lavar los platos, lavar y planchar ropa, cuidar mascotas, ayudar con la tarea escolar, hacer compras o trámites, cuidar a niñas, niños y/o adolescentes, cuidar a personas mayores, a personas con discapacidad, a familiares enfermos, preparar la comida, hacer reparaciones en el hogar y amamantar, entre otras. La mayor parte de la carga de todas estas tareas recae sobre las mujeres. Esto les resta tiempo y por lo tanto oportunidades para realizar otras actividades y suele ser uno de los motivos que explican porque las mujeres son más pobres. Por otro lado, el hecho de que las tareas de cuidado (insistimos: no remuneradas) estén adecuadamente llevadas a cabo, permiten el dinamismo en otro tipo de actividades, como la vida social y económica, el trabajo, el estudio, la practica de deportes, realizar actividades de ocio, etc. Por este motivo, el trabajo de cuidado es el soporte elemental de la vida y de la producción.

¿Las mujeres son conscientes que el trabajo de cuidado que hacen dentro de sus casas es “trabajo no pago”?
Si bien a lo largo de los años y con el avance del feminismo cada vez hay más noción y conciencia en relación a lo que implican las tareas de cuidado, el tiempo que llevan, el esfuerzo, lo que le significan al cuerpo y lo mal distribuidas que están dentro de la sociedad, tanto Andrea como Celeste coinciden en que estamos aún en un proceso de cambio. Todavía hay muchísimas mujeres que frente a la pregunta: «¿De que trabajas?» Responden «yo no trabajo, soy ama de casa».
Estas tareas de cuidado no remunerado están mal distribuidas no solo al interior de las familias, sino también frente a los distintos actores sociales.
Gran parte de la dificultad de poder pensar que esas tareas son un trabajo, está en relación a que son actividades que no vienen de la mano de la obtención de derechos laborales, por ejemplo no hay aportes, no existen las vacaciones pagas, la jornada de trabajo no tiene un tiempo establecido, no hay horas de descanso, etc. Esto hace pensar que las tareas de cuidado no entren en la categoría de trabajo, sin embargo el esfuerzo y el tiempo dedicado las posiciona como uno de los trabajos más importantes del día.
Dentro de las tareas de cuidado no solo esta involucrado el cuerpo, también la carga mental, que es la más invisibilizada dentro de las tareas domesticas y se produce cuando la planificación y supervisión de todas las tareas del hogar recae constantemente en una sola persona en lugar de ser repartida entre los distintos miembros.
Andrea dice: “cuando hablamos de las tareas de cuidado y de las tareas domésticas, todavía tenemos personas que afirman que se reparte equitativamente hacia dentro de los hogares, pero quienes organizan y delegan las tareas siguen siendo las mujeres. No significa que no haya hombres que tengan tareas a a su cargo y que puedan tomar decisiones en relación a las mismas, pero todavía es un tema bastante tabú y que en la mayoría de los hogares no se observa. Las mujeres pensamos en varias cosas al mismo tiempo, sobre todo cuando tenemos infancias o personas mayores a cargo y mientras estamos trabajando por fuera del hogar, también estamos planificando, por ejemplo qué se va a cenar a la noche, quién va a retirar a los chicos de la escuela. Hay un montón de de instancias de administración, coordinación y de gestión que los hombres todavía no terminan de incorporar”.
Sostiene que si entendemos al cuidado como un derecho, aún falta que dicho derecho sea ejercido también por los varones.

(Fotografía tomada de Diario Digital Femenino)

¿Cuáles son las medidas públicas que se vienen llevando a cabo?
Celeste cuenta que hay un par de proyectos de ley, que apunta a un sistema de cuidados integral, que si bien está siendo tratado, no llega finalmente a aprobarse. En relación al proyecto dice: “Teniendo en cuenta esta mirada integral de los cuidados, entre algunas propuestas, está la extensión de las licencias parentales que proyectan que sean en algún momento no igualitarias, pero que se acerque cada vez más a la misma cantidad de días que la maternal”. Por otro lado, hace hincapié en lo importante de poder generar espacios de cuidados sociocomunitarios, construidos por el estado, que permitan que las “mapadres” puedan estar cerca de sus hijes a la hora de ir a trabajar.
Durante la entrevista a Celeste y Andrea se abordó el lugar del lenguaje dentro del proceso de cambio por el que estamos atravesando. El proyecto de ley que permite extender la licencia por paternidad, también apunta a no referirse a madre/padre, mujer/varón sino a persona gestante y personas con responsabilidad parental, sacando la terminología biologicista y binaria y poniendo el foco en otras formas de familias.

¿Cómo entramos al mercado laboral las mujeres, teniendo en cuenta patrones como el amor romántico?
Andrea dice: “Las mujeres han entrado al mercado laboral hace más de 40 años, por lo menos acá en Argentina. Recién ahora estamos debatiendo cómo fueron incluidas a ese mercado, teniendo en cuenta que solo estaba pensado para el varón proveedor y por ende no había espacio para contemplar las cuestiones del trabajo de cuidado. Ahora, teniendo espacios laborales que tienen cupos bastante similares, aunque siga existiendo una brecha en cuanto al salario y a los puestos de conducción entre varones mujeres, y ni hablar de identidades no binarias que ni siquiera están contabilizadas por falta de datos, lo interesante es que estos debates modifican este ámbito al que fuimos incorporadas, pero aún no somos efectivamente incluidas
Los mandatos del amor romántico y el varón proveedor eran funcionales a un sistema y un modelo social, político y económico. Con las distintas crisis económicas y financieras que llevaron a poner en crisis todo el sistema y los ingresos en los hogares no eran suficientes, el mismo modelo necesitaba incluir al mercado laboral la fuerza de trabajo de las mujeres. Por otro lado la posguerra también tuvo su implicancia, cuando los varones estaban luchando, eran las mujeres quienes se hicieron cargo del trabajo en la fábricas e incluso también las infancias.
Andrea agrega que todos estos cambios en el mercado hicieron que las mujeres a lo largo de la historia fueran desarmando y desarticulando los mandatos, sumando todos los estudios de género y toda la trayectoria de las mujeres que nos antecedieron.
Hoy la posibilidad de elegir permite planificar la vida de acuerdo al deseo y no por presiones sociales. Por ejemplo poder elegir maternar o no forma parte del proceso de cambio que se está transitando. Celeste y Andrea sostienen que es importante seguir defendiendo todas las leyes que se obtuvieron mediante la lucha de las mujeres y las disidencias y hacer que efectivamente se cumplan. Esta es la forma de desarmar mandatos patriarcales que han sostenido y siguen sosteniendo las desigualdades.
Celeste sostiene que el estado tiene un rol fundamental cuando diseña una política pública y debe ser garante responsable de los derechos conquistados. Cuando el estado reconoce derechos nos permite percibirnos como sujetos de derecho. Pero la sociedad civil y las organizaciones sociales tienen que estar alertas, tener un rol activo para sostener el cumplimiento de todo lo adquirido y de lo que aún falta. Es en la calle donde se logran las conquistas, por ende lo importante es organizarse colectivamente.
Tanto Andrea como Celeste sostienen que uno de los espacios de debate más enriquecedores son los Encuentros Plurinacionales de Mujeres y Disidencias. Ambas sostienen que movilizarse y protestar forma parte de los derechos adquiridos que hoy, más que nunca, hay que poder defender y constituyen el camino y la herramienta para lograr lo que aún falta.

 

¿Hay sororidad entre mujeres dentro del espacio laboral?

Si bien hay muchos espacios conservadores en los diferentes trabajos, inclusive dentro del Estado, la posibilidad de que las mujeres tengan más voz permitió la construcción de poderosas alianzas no solo entre ellas, sino también con las disidencias. Por otro lado hay muchos mitos con respecto a los vínculos entre las mujeres, producto de las miradas patriarcales que aún funcionan.

(Fotografía tomada de La Tinta)

¿Existe para las mujeres el «techo de cristal «en lo laboral?

Ambas sostienen que ese “Techo de Cristal” sigue existiendo y a modo de chiste agregan “También el piso embarrado” y “las paredes que se te mueven”.
Sostienen que en el Estado la mayoría de la masa de trabajadores son mujeres y los cargos de conducción en su mayoría son de varones. Celeste nos cuenta: “en las organizaciones sindicales, que es lo que más conozco, la mayoría de los afiliados son justamente mujeres y los cargos de conducción hasta hace poco mayoritariamente eran de varones. Esto se explica porque el sistema patriarcal opera para que haya una aparente igualdad, que no es tal. Muchas veces está relacionado con la maternidad y las tareas de cuidado, porque nuestra disponibilidad de tiempo es menor y no podemos asistir a las asambleas y reuniones de la misma forma”.
Vuelven a remarcar la importancia de que el Estado apruebe la Ley Integral de Cuidados, que implicaría por ejemplo que dentro de los sindicatos haya un espacio para la niñeces.
Por otro lado ese “Techo” históricamente estuvo marcado por determinados estereotipos de género y atributos que se le asignan a las mujeres. Andrea brinda algunos ejemplos: “las mujeres no pueden estar en espacios de liderazgo porque son muy sensibles, no tienen capacidad de competencia, se desempeñan mejor en el espacio privado que en el espacio público, no saben hablar.» «Operan un montón de ideas en relación a lo que es ser mujer y lo que es ser varón que sabemos que son completamente falsas, que no tienen ningún sostén fáctico. Mucha gente sigue pensando que las mujeres no tenemos las habilidades y las capacidades como para hacernos cargos de grupos de trabajadores o para tomar decisiones, porque históricamente la toma de decisiones se nos fue negada”.
Hoy con las organizaciones feministas y las luchas por los derechos de las mujeres y las disidencias en las calles, queda demostrado que las mujeres tienen alta capacidad de conducción, gestión, organización y alcanzan efectivamente sus objetivos.

Entrevista completa a Andrea Solís y Celeste Paz

Foto de portada tomada de Info Gremiales


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