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Lula ganó, pero la derecha salió fortalecida

Escrito por el 7 de octubre de 2022

Entrevista a Danilo Martuscelli – Politólogo

El domingo 2 de octubre se realizaron en Brasil elecciones generales. De los más de 156 millones de habilitados para votar, lo hicieron el 79% en una elección altamente polarizada. Con la totalidad de las mesas escrutadas, Lula Da Silva se impuso sobre Bolsonaro con el 48,43% contra el 43,20%, lejos de los pronósticos que en algunos casos proyectaban un triunfo de Lula en primera vuelta. Esto determinó que habrá una segunda vuelta el último domingo de octubre. En las mismas condiciones de indefinición quedaron algunos estados de los 26 que componen el país, pero en su mayoría, las elecciones definieron gobernadores. Lo mismo pasó en cuanto a las cámaras de senadores y diputados nacionales, donde ya se sabe como será la composición para los próximos cuatro años y muestra un ascenso y consolidación de las fuerzas bolsonaristas. 

 

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Con este escenario, que nos sorprendió por el escaso margen del triunfo de Lula y dejó un panorama complicado para gobernar en el caso de que triunfe el 30 de octubre, nos comunicamos con Danilo Martuscelli (*) Politólogo por la Universidad de Campinas Profesor de Ciencia Política da Universidad Federal de Uberlândia. Editor del blog marxismo21 y autor del libro Crises políticas e capitalismo neoliberal no Brasil.

 

Audio

 

“Las encuestas subestimaron la fuerza electoral de Bolsonaro, pero no sólo de Bolsonaro. Por ejemplo, en San Pablo donde Tarcicio (Gomes de Freitas-Partido Republicano) candidato a gobernador que no aparecía en la primera posición, superó a Fernando Haddad (PT). Las encuestas no registraron el avance del bolsonarismo en el caso del Estado de San Pablo y de otros también”, de esta manera comenzó explicando Danilo Martuscelli las diferencias entre las expectativas y lo que finalmente pasando.

 

Luego agregó “Creo que es necesario hacer una comparación entre Brasil y otros países de nuestro continente. Por ejemplo: se compara el lulismo con el peronismo de Kirchner en Argentina, lo mismo con la gestión del MAS en Bolivia, donde se construyeron gobiernos con fuerte fuerza en el parlamento. El caso del MAS en Bolivia es el más emblemático, porque Evo llegó a gobernar con dos tercios del congreso. Y ahora también Arce tiene la mayoría de los escaños en el congreso nacional (…) Eso nunca sucedió en los gobiernos del PT”.  Fue enfático al señalar que el PT jamás tuvo un quinto de los parlamentarios en el congreso nacional y ahora, sumados los propios a los del Partido Comunista de Brasil y el Partido Verde alcanzan los 80 diputados, a los que se agregarían 14 obtenidos por el PSOL. La Cámara está compuesta por un total de 513 diputados.

 

Para el politólogo, hay un desfase entre la fuerza de los partidos y su reflejo en las urnas, en todos en general. En relación a estos cuatro años de gobierno describió que “Cuando miramos lo que ocurrió durante el gobierno neofascista de Bolsonaro, que fue una catástrofe en todos los términos, sanitarios, sociales, económicos, ambientales, (vemos que) no logramos crear una fuerza de masas organizada con capacidad de movilización de amplios segmentos sociales para decir “fuera Bolsonaro”. Y creo que esto era un síntoma de las dificultades electorales que venían”

 

Lo que puede pasar

 

Por su parte Bolsonaro hizo una buena elección a nivel parlamentario. Esta derecha neofascista obtuvo 99 diputados y a priori se pueden leer alianzas con la derecha tradicional representada en las cámaras. Esto significa un cambio de escenario para el PT: “El hecho es que Lula hasta ahora y Dilma también negociaron con fuerzas de la derecha tradicional. Ahora tenemos una derecha reaccionaria, contra la perspectiva de género, favorable a la educación despolitizada, favorable a armar a la población civil, que tienen valores reaccionarios en términos de costumbres. Entonces va a ser difícil negociar con esos sectores. La derecha tradicional está perdiendo fuerza”, explicó Martuscelli.

 

Luego describió el proceso de descomposición de la derecha tradicional y como muchos de los candidatos de los partidos de Enrique Cardozo o de Temer se han “bolsonarizado”, tensionando de esta manera cualquier diálogo posible. “Las dificultades que se expresaron en las calles, también se presentaron cuando empezó el proceso de las elecciones, para discutir primeramente un programa para Brasil. En Brasil se cambió todo, entonces trajeron primero los nombres: vamos a traer la figura de Alckmin, que fue siempre un representante del capital financiero internacional, lo trajeron para componer la alianza pero no había discusión programática. Esto se está expresando en la candidatura de Lula con muchas dificultades. Habla mucho de sus realizaciones pasadas, en todo momento habla de sus programas sociales, todo lo que pasó. Pero creo que los electores querrán tener conocimiento de lo que Lula piensa para el futuro. En ese sentido creo que la ausencia de una discusión programática, más claramente debatida con los movimientos, con las organizaciones de la sociedad civil dificultó ese proceso electoral”, sintetizó el politólogo.

 

Pensando en la segunda vuelta

 

En tres semanas el pueblo brasileño volverá a las urnas y Lula deberá corregir aspectos de su discurso ¿habrá tiempo? Danilo argumentó al respecto: “Para vencer, Lula debe avanzar en temas más programáticos y pensar el futuro de Brasil, cuales son las propuestas que tiene  para el futuro y no sólo decir que vivíamos en el paraíso y queremos retomar el paraíso. La población quiere saber qué podemos construir en términos de futuro. Y en ese tema, Bolsonaro supo hacer con más fuerza, porque tiene propuestas sintéticas y dirigidas al sentido común. Creo que Lula puede cambiar un poco el discurso y enfrentar más las cuestiones del hambre, del desempleo, de los problemas económicos. También creo que hay un aumento significativo de la violencia política, hay datos del aumento del número de muertes a causa de conflictos políticos. Está presente el armamento de la población, el bolsonarismo reafirma la violencia política. Y muchas veces, las fuerzas de izquierda en Brasil, pero también en otras partes de la región, hablan que el amor va a vencer el odio y creo que es un discurso desmovilizador. Tenemos que enfrentar los problemas de la gente, los problemas socioeconómicos y no sólo un discurso moralista que habla del amor que va a vencer el odio. Tenemos que avanzar más con propuestas concretas.” Martuscelli planteó también un escenario en el que el bolsonarismo volverá a echar mano a las fake news como herramienta.

 

Pensando también el futuro

 

Las elecciones para diputadas y diputados dejaron también un saldo esperanzador en cuanto a  diversidades de género que por primera vez tendrán representación parlamentaria a nivel nacional. Nos referimos a las diputadas electas trans Erika Hilton, Robeyoncé Lima y Duda Salabert. Con la misma relevancia cabe destacar que ahora habrán dos diputadas indígenas: Sônia Guajajara y Célia Xakriabá. Respecto a estos avances, el politólogo señaló que en el Estado de San Pablo el diputado más votado está vinculado al movimiento de los Sin Techo. Explicó que también en el Estado de Minas Gerais hizo una muy buena elección una diputada vinculada al sindicalismo docente. “Creo que hay avances significativos, hay nuevos liderazgos, aquí mismo en Minas Gerais apoyé a una candidata a diputada federal que es negra y tiene trabajo con su comunidad en los barrios más pobres. Creo que hay avances del PT, del PSOL en términos electorales para el parlamento, pero no se puede pensar que van a eliminar el bolsonarismo. Creo que es una fuerza presente en Brasil. Creo que la izquierda, el campo progre, tiene que pensar como enfrentar el neofascismo y el neoliberalismo y también pensar esas luchas junto a un programa antirracista, feminista, antihomofóbico, etc. Pensar en esos derechos, en esas luchas para crear más fuerza social”, agregó.

 

Antes de culminar el diálogo, Danilo Martuscelli dejó un alerta sobre el bolsonarismo: “Creo que muchas veces se habla del bolsonarismo con una perspectiva psicologizante, como loco, pero no es la mejor manera de enfrentar el neofascismo, que está muy organizado y muy institucionalizado en el parlamento en Brasil y también en las fuerzas armadas, en las policías militares y en las milicias privadas en varias partes de Brasil y también en las iglesias evangélicas. Entonces, tenemos que generar una actitud creativa política para enfrentarlo. Y creo que ahí hay un problema en relación al lulismo, que es una fuerza electoral muy importante en Brasil, pero es más mística que organización. Los desafíos de Lula delante de un movimiento neofascista que estará en las calles en su probable gobierno son grandes y creo que tenemos que pensar como avanzar en ese proceso”

 

(*) Politólogo por la Universidad de Campinas Profesor de Ciencia Política da Universidad Federal da Fronteira Sul (UFFS)/Campus Chapecó. Editor del blog marxismo21 y autor del libro Crises políticas e capitalismo neoliberal no Brasil.


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