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Lenguaje inclusivo – Entrevista a Alejandro Raiter

Escrito por el 10 de septiembre de 2018

Lenguaje inclusivo – Entrevista a Alejandro Raiter

Antes de la E estuvo la X y casi simultáneamente con la X estuvo la @ – El problema de estas dos primeras propuestas es la sonoridad, por lo menos en este español rioplatense con el que nos manejamos, son impronunciables. La E vino a resolver la cuestión sonora y mientras algunes nos vamos adaptando de a poco, otres lo hablan de corrido y con fluidez van cambiando la O o la A por E. En la mayoría de los casos se trata de mujeres jóvenes y algunos varones, también. Son les que van forzando un cambio en esta disputa dada en el plano del lenguaje. En la vereda de enfrente reaccionan con la Real Academia en la mano y la burla como bisturí. En Piedra Libre del 17 de agosto nos comunicamos con el Doctor Alejandro Raiter, titular de la cátedra de Sociolingüística en la UBA. Comenzamos preguntándole sobre qué se explicita, qué se verbaliza con esta forma de comunicarnos, qué está en disputa.

Alejandro Raiter – Creo que lo que se verbaliza es una crisis ideológica seria. Hay veces que existe la ilusión, sobre todo en la enseñanza de la lengua, sobre todo en la escuela primaria y secundaria, que la lengua se trata simplemente de un instrumento de comunicación, como si fuera que uno pensara por un lado, hablara por el otro y no es así. El uso del lenguaje es ideológico y creo que lo que está mostrando esto es eso. Por otra parte, yo estoy muy contento porque las lenguas cambian a lo largo del tiempo, las lenguas varían según grupos, según países, según muchas cosas y acá hay un grupo que obviamente está en crisis con la ideología dominante, que toma, entre otras formas de expresar su ideología, en sus manos, un intento de modificación del uso lingüístico. Esta manifestación, como quedó dicho, viene desde hace tiempo y tuvo varias manifestaciones: la X, la @ y el nosotros y nosotras. Ahora tienen otra y lo interesante es que lo asumen como propio, que esa es una forma de lucha y veremos que pasa, si lo logran imponer o no.

Piedra Libre – Vos lo expresás en términos de lucha ¿cómo reacciona la otra parte?

AR – Mal. Ningún sector y menos si es dominante y es desafiado por otro, va a reaccionar bien. Una represión es la clásica, la que aparece tirando gases lacrimógenos o haciendo palos. Hoy la facultad está en huelga, una compañera estaba dando clase y vino la policía y le labró un acta por interrupción del tránsito. Esa es una forma de represión. Otra forma de represión es usar a la Real Academia Española, decir que es incorrecto, que la E es ajena al sistema morfológico del Español, lo cual es un disparate, porque tenemos estudiantes, docentes, presidentes. Pero bueno, reacciona mal. Cualquier grupo hegemónico atacado reacciona mal y van a usar todo lo que puedan para que esto falle.

PL – Además de esta lucha ideológica permanente en el lenguaje que vos estás describiendo ¿está sexuada la gramática’

AR – La gramática como al no, pero lo que está sexuado es el uso de la gramática. O sea, todas las lenguas tienen géneros, pero no todas tienen masculino y femenino. Por ejemplo, las lenguas originarias de América tienen género, Wichi, por ejemplo, tiene género pero no tiene que ver con masculino y femenino sino con otro sistema de posición del cuerpo. Por algún motivo, en algún momento de la historia de las gramáticas, se lo llamó a esto masculino y femenino. Supongo que por un término de frecuencia de que las terminaciones con O eran mayoritariamente pertenecientes a varones. Pero esto no tiene mucho sentido porque mesa termina en A, por lo tanto lleva el artículo la y entonces lo consideramos femenino y escritorio es masculino, porque lleva el artículo él. Pero esto no tiene nada que ver con sexos ¿verdad?
Pero lo que pasa es que el uso, utilizar al masculino como genérico, eso es ideológico. Hacer la historia y decir que el hombre salió a cazar y la mujer se quedaba en la casa tejiendo, cuando la invención del tejido fue muy tardía, digamos, eso es homocéntrico, sin dudas. Y entonces se terminó convirtiendo lo que era un género gramatical en el representante del conjunto. Si fuera eso y no hubiera un problema de invisibilización o de imposición podría ser un fenómeno gramatical solamente, pero no lo es. O sea, el uso del lenguaje nunca es neutro. No hay que confundir lo que es la gramática o la capacidad que tenemos de producir y comprender lenguaje con la normativa, que es lo que nos enseñan. En eso hay una parte de explicación pero también hay una parte de imposición. Y la imposición de que el masculino sea un genérico es una imposición, porque no hay nada en la gramática que diga eso.

PL – ¿Se termina convirtiendo en un instrumento más de dominación?

AR – Ah, sin duda. Porque lo importante en una gramática normativa es establecer lo que es correcto y lo que es incorrecto. Nadie para hablar o hablarle a sus hijos, consulta con la gramática, pero uno sí sabe y le enseñan en la escuela, lo que está bien y lo que está mal. O sea, es un instrumento de poder. Junto con otros y en ese sentido, tener la posibilidad de “decir bien”, como dice Bourdieu, por ejemplo, se cotiza diferente en el mercado. Muchos periódicos, con esto de que hablan de corrido con la E, muchos medios durante los debates, lo ridiculizaban.

PL – ¿Qué pasa con los que adhieren porque es políticamente correcto en esta coyuntura? ¿Vale igual?

AR – Claro, es aceptar que es una lucha válida. Por lo que comentaste antes, a nosotros (por lo generacional) nos va a costar mucho más cambiar. Pero el solo hecho de que exista la variación, o sea, de que a veces se diga así y a veces asá, ya eso es importante. Ya el solo hecho de que exista, vos fijate la polémica que desata. Visibiliza un conflicto y en ese sentido, yo creo que es positivo, porque los conflictos que hay en la sociedad cuanto más visibilizados, bueno, quizá más cerca de resolverse estén.


Opiniones
  1. Odiseo de Ítaca   /   11 de septiembre de 2018, (20:19)

    No tiene sentido la (e) como neutro. Porque en el idioma castellano es masculino. En lugar de (e), la letra «u» es más cabal para usar como neutro, porque es propiamente neutru por naturaleza.

    En relación con la (e) tenemos que disentir con los defensores del lenguaje inclusivo porque créen que la (e) es menos violento, y se hacen bolas solos, si a eso se añade una (e), al expresar una palabra en determinada situación según sea el contexto, no sale, no da resultado porque suena redundante.

    EL ANTÍDOTO MÁS SIMPLE Y PERFECTO CONTRA EL LENGUAJE INCLUSIVO.

    Hispanohablantes que defendemos la pureza del colosal idioma castellano.

    He aquí una transcripción tomada de GRAMÁTICA DE LA LENGUA ISPAN.

    Hagamos esto en memoria del castellano.

    En GRAMÁTICA DE LA LENGUA ISPAN no cabe el uso de tales signos para referirse al género neutro: «x» (amigxs). Ni «@» (niñ@s). Ni «e» (todes). Ni peor aún «*» (tod*s).
    Ni cualquiera de las siguientes formas incluyentes como «lenguaje inclusivo genérico»: la ciudadanía, personas adultas mayores. Menos el llamado «colectivo impersonal»: el estudiantado, el profesorado. Ni desdoblar términos en «os, as»: todos y todas, niños y niñas. Ni paréntesis «(a) (s)»: querido (a) (s), amigo (a) (s). Ni barra «/»: los / las pianistas, tutor/a. Tampoco el «seudoneutral»: las personas interesadas, las personas indígenas. Nada de «asexualización gramatical». Peor aún «no binario». Jamás cualquier inclusión de artículos seudoneutrales extranjeros (the, hen… .), etc., etc., etc.

    En el idioma castellano la mayoría de las palabras se identifican del siguiente modo:

    1. Todas las palabras que terminan en «e, o» suenan masculinos.
    2. Todas las palabras que terminan en «u, m.» suenan neutros.
    3. Todas las palabras que terminan en «i, a» suenan femeninas.

    El patrón general que designa el género gramatical es:

    1.- Masculino.- Todos los machos del reino animal, y una minoría de objetos o cosas con formas masculino (cuchillo, cincel, borrador… etc.)
    2.- Umsei.- Todos los del reino vegetal, Andrógino primigenio, elementos de la naturaleza (tierra, agua, aire, fuego, éter), la pareja (únicamente para designar a los del reino animal) y la mayoría de las cosas u objetos creados con formas u ofician de masculino femenina en uno a la vez (hacha, llave, martillo… etc.).
    3.- Femenina.- Todas las hembras del reino animal, y una minoría de objetos o cosas con formas femenina (copa, guitarra, casa… etc.).

    Empero en ispan, los sustantivos, los pronombres, los artículos y los adjetivos tienen los tres géneros en función como «masculino, umsei y femenina» únicamente; y tiene que haber una concordancia entre los elementos de la oración. Si usamos un artículo masculino, el sustantivo masculino y el adjetivo que lo va a modificar va a ser masculino. Lo mismo pasa si lo hacemos en umsei o en femenina.

    1.- El niño es rubio. (Describe a un niño únicamente).
    2.- Lu niñu son rubiu. (Describe a una pareja; es decir: al niño y a la niña en uno a la vez).
    3.- La niña es rubia. (Describe a una niña únicamente).

    Los verbos y adverbios no tienen género y número gramatical.

    ¿LES CUESTA MUCHO USAR EL GÉNERO NEUTRO? ¡Es fácil, es cuestión de acostumbrarnos y nada más! ¡Eso sí, sin prejuicios de arcaismos ni nada por el estilo!

    No digamos (todos y todas) cuando se refieran a un grupo mixto de hombres y mujeres. Digamos simplemente en única palabra «todus» en lugar de decir (todos y todas).

    Este sencillo precepto debe seguir el idioma español con los tres géneros gramaticales «masculino, umsei y femenina» únicamente. Ni más ni menos. ¡Así de simple y perfecto!

  2. José Ortiz   /   3 de noviembre de 2018, (13:38)

    Estimado Odiseo,

    Interesante su propuesta. La verdad es que, si alguna vez cedemos en esto del lenguaje inclusivo (horror que inclusivo termina en letra o!), adoptar la «u» suena infinitamente más razonable y digerible que la «e».
    Se hace referencia a la «GRAMÁTICA DE LA LENGUA ISPAN». ¿Podría iluminarme con alguna referencia a ese documento? ¿ISPAN? No logro encontrar información sobre eso.

    Atentamente,
    José Ortiz

  3. Ruben   /   20 de junio de 2020, (20:35)

    Un gran lingüista el prof. Raiter, pero muy anclado en los 70, todo lo que implique lucha, revolución, revuelta, lio, a él le gusta… por eso apoya ese mamarracho llamado lenguaje inclusivo, no es que sea incorrecto, simplemente es un mamarracho y además la lengua es inclusiva, cuando decimos ‘todos’ incluimos a todos…y como él dice, es ‘su’ opinión… los marxistas ven lucha en todo, y festejan la lucha en todo.

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