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«Las mujeres somos las más pobres y las que menos ganamos por igual tarea que los varones»

Escrito por el 14 de marzo de 2025

En el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, el martes 11 de marzo desde las 9:30 hs se llevó a cabo la jornada «Poner el Cuerpo: ¿Cuántos trabajos hacemos?». Dicha iniciativa convocó a les vecines del barrio a refexionar sobre el rol de las mujeres en los ámbitos laborales remunerados y no remunerados. La organización estuvo de la mano de la Red Acercándonos formada por el Centro de Salud y Acción Comunitaria Gral Jose Gervasio Artigas 2262 (Cesac 34), la Biblioteca Popular, social y comunitaria (Bylpli) ubicada en Camarones 2876 y La Colectiva Radio en San Martin 2809, CABA, donde se desarrolló la jornada. Entre las actividades se llevó a cabo una radio abierta donde circuló la palabra de diferentes profesionales, vecines y organizaciones de la Ciudad de Buenos Aires.
Una de la invitadas a poner la voz fue la Lic. Carla Guarinoni, psicóloga, especialista en Psicología clínica y diplomada en Violencia de género y violencia laboral. Docente y capacitadora en temas de género y violencia, Coordinadora del equipo interdisciplinario de abordaje del Protocolo de Violencia Laboral y de Género de una destacada obra social.

Hoy en los ámbitos laborales las mujeres tenemos muchos desafíos y, si bien hemos conquistado una gran cantidad de derechos, en la actualidad tenemos que defenderlos y evitar los retrocesos que vienen de la mano del actual gobierno. En nuestro país hay un convenio que es el 190 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), que Argentina ratificó por ley y consiste en la eliminación de toda violencia en el mundo laboral, violencia que incluye el acoso de género y el sexual. Carla dice: «Este convenio es ley, o sea que nuestro país tiene la obligación de ponerlo en marcha, pero hoy en día estamos ante un retroceso en cuanto a los derechos en relación a eliminar las violencias que padecemos las mujeres, y a su vez ante un aumento de la violencia tanto simbólica como psicológica hacia nosotras, que también se observa en el mundo del trabajo».

Según la consultora Grow, género y trabajo, en una encuesta que se hizo hace 2 años las mujeres son las que más sufren violencia laboral. De cada 10 personas que trabajan, siete sufren violencia y de esas personas el 86% aproximadamente son mujeres. Carla agrega: «Esta violencia es principalmente psicológica, pero también existe la violencia económica que es muy fuerte, que muestra la desigualdad, no solo en nuestro país, sinó en toda la región latinoamericana. Las mujeres somos las más pobres y las que menos ganamos por igual tarea que los varones, así que hay mucho desafío, mucho por construir, mucho por luchar».

Carla dice que, si bien las mujeres hemos luchado y estado en la calle por nuestros derechos, en el ámbito de la producción y del trabajo muchas veces no se ve reflejado. Si bien hay avances y protocolos y existe el convenio y la ley, hay un montón de cuestiones todavía por las que seguir en lucha.
Le consultamos el motivo, según su mirada, por el cual no se implementan algunos protocolos en los ámbitos laborales y expresa: «Es una cuestión de época y también tiene que ver con la política. No hemos podido implementar todavía el cupo en muchas cuestiones, por ejemplo con los sindicatos, que haya un cupo femenino de paridad en las direcciones, lo que indica que hay una ley que no se cumple. Tampoco la de paridad en la licencia por nacimiento”.

Hoy la ley establece muy pocos días para el varón, por ende son las mujeres quienes tienen mayoritariamente a cargo las tareas de cuidado, que en general no son remuneradas. Carla agrega: “Todas estas cuestiones hacen que estemos en un mundo con inequidad y desigualdad».

En relación a las leyes y protocolos dice que no se aplican sencillamente por poder. Las mujeres salen a la vida pública mucho después que los hombres debido a la crianza de los hijos y todas las tareas de cuidado que cargan en sus espaldas. Durante la pandemia el Ministerio de Economía hizo un estudio que medía el impacto económico que tendrían las tareas de cuidado y domésticas si fuesen remuneradas y el resultado fue mayor que el PBI de la industria y del comercio. Todas estas tareas realizadas por las mujeres o feminidades en general impactan en la precarización dentro de sus trabajos. Carla dice: «La falta de tiempo esta en relación a que son las mujeres las que tienen que cuidar hijos, hijes, personas mayores, discapacitados y si ellas no pueden le pagan a otra mujer en general para que haga ese trabajo. Entonces, las mujeres quedan muchas veces por fuera de todos, por eso los conceptos del techo de cristal y del piso pegajoso. Las mujeres no tienen el mismo tiempo para dedicar a su formación, no tienen tiempo para ir a militar. Muchas veces las reuniones de militantes son fuera de los horarios de trabajo, donde las mujeres muchas veces están atendiendo las tareas domésticas o de cuidado. Hay un montón de cuestiones que hacen que se den variables económicas directamente, que generan una disparidad y tienen que ver con la violencia hacia la mujer en el mundo laboral, que es generalizada incluyendo no solo la violencia física y psíquica, sino también económica y simbólica».

Acerca de las denuncias frente a los distintos tipos de violencia dentro de los organismos públicos y las obras sociales, expresa: “Es muy difícil abordar estos temas. Yo vengo trabajando hace bastante en el ámbito de los organismos públicos y hay pocos organismos que tienen protocolos que se apliquen en este momento. Lo importante en estos casos es articular entre lo que es la organización y la persona que está haciendo la denuncia para darle un lugar y una escucha a esa voz, que a veces es lo único que se puede hacer, porque es muy difícil en estas estructuras grandes mover algunas cuestiones. Pero otras veces, y los protocolos lo establecen, se protege a la mujer con licencias, traslados y distintas posibilidades. Es muy difícil maniobrar esto de denunciar porque además muchas veces, y en general las estadísticas también lo dicen, la persona que es denunciada ejerce una violencia que es descendente, que es la jefatura misma de la mujer y se empiezan a jugar un montón de cuestiones muy complicadas”.

Carla nos dice que en la violencia laboral específicamente el objetivo último es que la persona se vaya, que sea excluida del grupo. La violencia de género laboral suele impactar en esa exclusión para que la persona esté vulnerable y no tenga red. Es muy importante tratar de poner en palabras la violencia en sus diversas formas. Hay una oficina que atiende la violencia laboral en el ámbito del Ministerio de Trabajo y una oficina específica de violencia doméstica, ya que muchas veces las personas en los trabajos también muestran signos de violencia doméstica y llevan toda su sintomatología al trabajo para poder denunciar estas cuestiones. Expresa: “Lo importante es poner en palabras de la manera que se pueda, porque lo que intenta la violencia justamente es silenciar. Es una cuestión de poder, una desigualdad de poder y en eso las mujeres, por más que seamos mayoría, siempre estamos en desigualdad de poder, por más que seamos jefas o lo que sea, porque el patriarcado hace que nosotras, obviamente, tengamos una desigualdad estructural de poder con respecto a los varones. Entonces es importante poder hablar, poder poner palabras, buscar a alguien. Si hay alguna organización mejor y si no, muchas veces estos lugares son los sindicatos que trabajan muy bien con estas cuestiones, mismo pueden ser grupos de pares, jefaturas, alguien que pueda poner una escucha en todo lo que está pasando, porque la violencia intenta segregar y produce síntomas físicos. Las mujeres cuando sufren violencia de género en el trabajo, en general aumentan sus síntomas, tienen mucho ausentismo en trabajo, tienen desde cefalea hasta cáncer, hay muchos síntomas”.

Por otro lado Carla nos cuenta que dentro de los protocolos aún no hay y no ha habido tantas herramientas focalizadas en el violento. Siempre se habla de las mujeres, quienes tienen que demostrar de mil maneras que fueron violentadas, pero es importante poder pensar en el victimario, ya que desde algún lugar también es victima del patriarcado. Sin caer en la desrresponsabilizacion del varón violento, es importante que existan dispositivos que permitan trabajar sus masculinidades violentas, para evitar que los patrones se repitan.

Entrevista Completa a Carla Guarinoni

 

 

(Foto de portada tomada de la red social Facebook de Carla Guarinoni)


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