Hebe
Escrito por La Colectiva Radio el 22 de noviembre de 2022
El vacío que deja entre nosotres es grande y nos duele. Hebe de Bonafini y todas las Madres, cada una a su modo, nos siguen transformando e impulsando en la búsqueda de verdad y justicia.
El Comando de la Zona 1 informa a la población que el 2 de noviembre, en horas de la noche, en las proximidades de la Plaza Constitución, una patrulla de las fuerzas leales sorprendió a un activista que
incitaba al cese de actividades y trataba de impedir la concurrencia al trabajo de algunos operarios, siendo abatido por el fuego. Se procura su identificación. Las fuerzas legales cumplieron con la misión impuesta tendiente a asegurar la libertad de trabajo.
Comunicado del Comando de la Zona 1 Publicado en La Nación, 3 de noviembre de 1977
El 30 de abril de 1977, unos meses antes de este comunicado, las Madres de Plaza de Mayo habían dado su primera ronda. Ese era el escenario: represión, desapariciones forzadas, torturas, una sociedad mirando para el costado y los tradicionales medios de comunicación encubriendo, todo lo que ahora tan bien conocemos.
En ese marco las Madres comenzaron a escribir su historia de resistencia y Hebe entre ellas, marcando
una huella personal. Una impronta que desde el discurso y la acción se desentendía de las convenciones, provocaba rebeldías y dejaba mojones en el camino que iban construyendo.
Con la llegada de la democracia, su actitud no cambió, fue su lucha faro para las generaciones que nacían a la militancia, con esa primavera de libertades básicas.
A la descomposición del neoliberalismo de Menem y sus socios le respondió encendiendo la mecha de
una Universidad Popular y con la ruptura institucional que significó el 2001 acompañó a los trabajadores
que tomaron las fábricas en todo el país y a los movimientos de trabajadores desocupados que ya venían organizándose tiempo atrás.
Hebe fue y es todo el fuego y la rebeldía con la que nos identificamos y nos formamos, y también palabras y decisiones con las que no acordamos. Y lo decimos porque las Madres nos enseñaron como nadie, que todo hay que decirlo.
2006 para muchos y muchas fue un punto de quiebre, de caminos partidos hasta la fecha. Pero, como dijo Leo Santillán, hermano de Darío, habrá otros días para hablar de ello. El vacío de no tenerla entre nosotres es grande y nos duele.
Hebe y todas las Madres, cada una a su modo, nos siguen transformando.