Campaña contra las violencias de género en el CEMAR 1

En la sede del CEMAR 1 se está realizando desde noviembre una campaña contra las violencias de género. Un grupo de trabajo interdisciplinario ha intervenido las paredes del primer piso con cartulinas en las que se leen frases disparadoras o que interpelan sobre diversas situaciones, que van de la violencia obstétrica a expresiones cotidianas que enmascaran humillaciones o naturalizan relaciones desiguales. Fuimos recibidos por cuatro integrantes de este grupo que contaron sobre la génesis de la actividad y el funcionamiento dentro de la institución

Ya sea que se abra la puerta del ascensor o accedas por la escalera, te recibe en el primer piso del Centro Médico de Especialidades de Referencia (C.E.M.A.R) 1, Fragata Sarmiento 2152, una pared con coloridas cartulinas que luego continúan su despliegue por todo la sala de espera de los diferentes consultorios. Y si no las registraste al llegar, esa misma pausa obligada para ser atendido da tiempo para curiosear al principio y luego detenerte en la lectura.

“Si no te pongo el goteo nos quedamos hasta mañana”, “En Argentina, una de nosotras muere cada día por violencias machistas”, “Tiene 6 pibes y no hace nada, nunca laburó”, “Ey, intento ser humano ¿Qué sos, una chica o un chico?”, son algunas de las frases que muestran la paleta de violencias que aborda la campaña y que interpelan o provocan o invitan a la reflexión.

Conversamos con cuatro mujeres integrantes del equipo de profesionales de la salud del CEMAR 1 para conocer cual fue la génesis de esta campaña, como abordan estos temas y cuales son los recursos con los que cuenta el centro de salud para contener y acompañar las demandas.

La primera en tomar la palabra fue Clara, trabajadora social, integrante de los equipos de Salud Mental y de Diversidad: “Es una campaña de visibilización de las violencias hacia las mujeres y disidencias que surge en el marco del 25 de noviembre, el Día contra las violencias. Algunas trabajadoras de esta institución pensamos en hacer alguna actividad que sea visible a la comunidad y que tenga algún tipo de interpelación. Se nos ocurrió escribir frases en las que diéramos cuenta de esas violencias, desde las más sutiles, que terminan siendo de gran peso, más micromachismos, hasta otro tipo de violencias de mayor gravedad”. La trabajadora social explicó que buscaron frases que no sólo fueran del ámbito doméstico sino en ámbitos institucionales, laborales, contra la libertad reproductiva.

Respecto a estas frases, Natalia, psicóloga del mismo centro de salud, señaló que la idea fue abrirlo a todas las compañeras y un poco “Son frases que hemos escuchado, que hemos recibido o nos han contado y que de alguna manera nos han cuestionado y por eso decidimos plasmarlas. La idea era volverlo como en lo cotidiano, donde se vive muchas veces la violencia y las paredes del CEMAR son para nosotras un instrumento de comunicación con la comunidad. Más allá del trabajo que podemos hacer en los consultorios o en talleres, para nosotros las paredes nos permiten comunicar cosas y era como un medio lo más accesible posible para que cualquiera que venga pueda leer eso y de alguna manera, en el mejor de los casos se sienta incómodo o incómoda con lo que está leyendo”.

Otras opciones es que se sienta identificado o identificada con alguna de las frases o situaciones que se describen “aún sea la incomodidad”, cosa que efectivamente ocurrió en algún caso y que permitió el abordaje directo, el diálogo con la persona que se sentía interpelada, completó la psicóloga.

María es kinesióloga en el CEMAR 1 y entre otras actividades es fundadora y presidenta de la ONG “Minerva salud emocional, contra la violencia de género”, que se ocupa de brindar ayuda a mujeres y niñas maltratadas y desde esa experiencia hace sus aportes: “Nos ocupamos de ayudar a romper el silencio, que es a veces lo que más cuesta porque no saben si animarse a contar, porque no saben bien si lo que están sufriendo es violencia o no. Hay situaciones de apego y de dependencia que quizás uno ya la trae del hogar pero las sufre en lo cotidiano en un montón de ámbitos, ya sea en lo escolar con el tema del bullying, en lo laboral con el mobbing o gaslighting (luz de gas), que es a lo que yo me dedico y es una violencia muy silenciosa, que se da mucho en las parejas, muy sutil, pero que termina en enfermedades e incluso en suicidios”.

Por su parte Florencia es instructora de la residencia de la economía de la salud pública y definió su rol como necesario para llevar adelante cualquier proyecto dentro de la institución. Forma parte del equipo de dirección que encabeza el Dr. Pablo Daniel Presa. “Esta no fue una bajada de línea del gobierno de la Ciudad que diga que el efector tenga qué, entonces la propuesta de Clari me pareció súper interesante, sabe que conmigo siempre cuenta. Me parece que la cultura organizacional puede ser permeable o no a que haya un dispositivo de organización, de disidencias, a que una persona que sufra alguna situación se pueda acercar o no”, explicó Florencia que en todo momento destacó la disposición de la dirección para sostener estas propuestas.

En cuanto a las respuestas con las que cuenta el CEMAR, destacaron que el centro de salud no tiene ningún dispositivo específico creado para contener y por esa razón, junto a las frases movilizadoras difunden de la misma manera los contactos a los dispositivos con los que ya cuenta el Estado.

No obstante, y a modo de cierre, María hizo referencia al funcionamiento, a la articulación dentro del CEMAR: “Lo principal para mi es que sepan que cuentan con personas que pueden ayudarlas, que saben lo que está pasando, ya sea por haberlo pasado o porque están formadas en eso, y acompañarlas, brindarles herramientas y que tengan un lugar de contención donde saben que pueden pedir ayuda”.