Acercandonos encuentros para hablar de…….

El acto de consumir en la vida cotidiana es mucho más que una rutina personal; es una actividad profundamente social y política, que moldea nuestras relaciones, nuestras comunidades y nuestras identidades. Los consumos que realizamos —desde lo que comemos hasta los medios que consultamos, desde el ocio hasta los productos tecnológicos que utilizamos— tienen implicancias directas sobre los derechos humanos y el tejido comunitario que nos rodea.

Hablar sobre los consumos en nuestra sociedad es un ejercicio necesario y urgente. En una era donde el mercado tiende a individualizar las experiencias y transformar las relaciones en meras transacciones, el silencio sobre los consumos perpetúa la desigualdad y la alienación. Por eso, discutir estos temas es una herramienta de concientización y empoderamiento. Cada elección de consumo está imbricada en sistemas más grandes de producción, explotación y, potencialmente, en la violación de derechos humanos. La comida que ingerimos puede provenir de tierras arrasadas de sus poblaciones originarias; la ropa que vestimos, de fábricas donde la explotación laboral y las condiciones de trabajo no son respetados ni dignas; y los productos tecnológicos que utilizamos, de sistemas de producción de esclavitud. No podemos ignorar este contexto.

Por eso, te invitamos a este acto comunitario, a encontrarnos con otras personas, a tejer lazos. En tiempos de hiperindividualismo, donde el mercado promueve la idea del “éxito” personal sobre el bienestar colectivo, el compartir puede ser un acto de resistencia. Y comprendiendo que hay una gran parte de la sociedad que no puede elegir qué, dónde, cuándo o cómo consumir, es necesario que aquellas personas que tengan la posibilidad fortalezcan las relaciones comunitarias. Todo consumo es un acto político.

Cuando nos juntamos a dialogar sobre nuestros hábitos de consumo, abrimos un espacio para la reflexión sobre nuestras responsabilidades hacia los demás. El consumo, visto desde una perspectiva colectiva, puede ser una herramienta para construir comunidades más justas y solidarias.

En resumen, hablar sobre nuestros consumos es hablar sobre el mundo que queremos habitar. ¡Te esperamos