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“A 20 años de la Masacre de Cromañón, seguimos de pie”

Escrito por el 6 de enero de 2025

Hace 20 años se realizaba en República de Cromañón la esperada presentación del conjunto Callejero los días 28, 29 y 30 de diciembre del 2004, jóvenes encontraban una fascinación antes esta banda rock en sus temas, un refugio, los sentían como parte de sus vidas, sus amigos, el barrio, una protesta al sistema.

Cuando el 30 de diciembre se prendió la primera bengala, Chabán les gritó a los pibes «que eran unos pelotudos y que se iban a morir todos como en Paraguay». Se refería al supermercado Ycuá Bolaños, donde en un incendio murieron más de 320 personas el 1° de agosto de 2004.

En un instante un humo negro invadió el lugar; un humo asfixiante y sumamente tóxico. La luz se cortó y con las puertas todas cerradas se dio entrada a la pesadilla. Buscar una salida, una señal para sobrevivir, hubiera sido imposible sin la solidaridad y la fuerza colectiva. La noticia enseguida se vio en los medios.

Cuando comenzó a circular la informallción del incendio, familiares, amigos, parejas, corrían desesperados en la entrada de Cromañon buscando a su gente, preguntando a bomberos, policías, a sobrevivientes que se encontraban allí. Trataban de reconocer a los suyos entre los cadáveres, corrían de hospital en hospital, preguntaban en las morgues. A veces las madres encontraban a sus hijos entubados, otras veces en las listas de ya fallecidos.

El operativo de emergencia del sistema de salud da cuenta de la falta de políticas del estado a la hora de prevenir los peligros y cuidar a la población en situaciones críticas. Muchas ambulancias en el lugar, pero no tenían oxígeno, por ejemplo, eso hoy se revertió después de esta masacre.

Ese 30 de diciembre de 2004, 194 personas murieron luego del incendio en República de Cromañón. Más de 1500 heridos, varios murieron después, sobrevivientes que no soportaron, que no pudieron sobrellevar lo vivido al igual que familiares y amigos.

En ese mismo punto que ahora es un santuario ubicado en el barrio de Balvanera, volvieron a encontrarse el lunes, familiares, sobrevivientes, amigos y vecinos de quienes hace 20 años perdieron la vida a causa del cruce entre la codicia y la corrupción estatal-empresarial. Las actividades habían comenzado el sábado 28, cuando se realizó el recorrido por la estación Once-30 de diciembre de la línea H. Allí, parte del grupo organizado que sostuvo la lucha por verdad, memoria y justicia volvieron a ver los nombres de las víctimas en una de las paredes, muchos trabajos realizados por distintos artistas para homenajearlos.

El sábado, Silvia Bignami, mamá de Julián, fallecido en la masacre cuando tenía 18 años, decía que cada obra que está ahí es como una historia. El sol de zapatillas con los nombres en los cordones en las escaleras que bajan mientras se lee “Miles de razones, 4500 sobrevivientes, 194 ausencias, miles de razones”. Llegando a los andenes se encuentran los nombres de pilas de los pibes, pibas. No son números, son personas y en el andén mismo el cielo, el cielo de las zapatillas suspendidas. Desde 2016 la estación agregó a su nombre el de “30 de diciembre” junto a esas intervenciones artísticas alusivas y permanentes y el sábado se inauguró una muestra que cerró el lunes 30.

Foto – @bar_fotografia

 

Las actividades del lunes

El lunes 30 a las 11 de la mañana sobrevivintes, familiares, amigos se reunieron en el Santuario para habilitar la muestra “Cromañón Nos Late”. Consistió en una exhibición de fotos, expresiones artísticas, radio abierta, serigrafía y susurrantes. Luego la organización se trasladó a Plaza de Mayo, para realizar una Oración interreligiosa. Posteriormente pegaron stickers de zapatillas, símbolo de la masacre, en toda la plaza, mientras Sebas Fernández, integrante del grupo El Más Acá, interpretó algunos temas musicales. Finalmente leyeron el documento consensuado.

La lectura estuvo a cargo de tres integrantes de las organizaciones convocantes. El 30 de diciembre de 2004, todo comenzó con una bengala que prendió en el techo de media sombra, una tela tóxica utilizada en el boliche para amortiguar los ruidos y en ese punto es donde comienza también el documento: “Omar Chabán cortó la electricidad y se desató el caos. En un instante se pusieron en evidencia todas las irregularidades que tenía el lugar, como la sobreventa de entradas, dado que la habilitación que estaba vencida era para 1031 personas y allí había entre cuatro y cinco mil. Puertas de salida cerradas con candados para que nadie se pueda colar y ahorrar en seguridad, falta de agua para que el público consuma más, matafuegos vencidos (…) Todas estas irregularidades se debían a la búsqueda de ganancia empresarial…y a la corrupción estatal que lo permitió. El lucro por sobre todas las cosas, incluso sobre la vida. Tenía que ser una fiesta, pero fue una trampa mortal. Miles de pibes y pibas se encontraron en la total oscuridad, rodeados de gases tóxicos y con las salidas cerradas, desesperados por salir, pero también volviendo una y otra vez para buscar a amigos y desconocidos. Pibes salvando pibes, esa es la imagen imborrable de esa noche”.

Luego el documento sigue recordando que miles de familiares y sobrevivientes se conocieron a partir de las consecuencias de este cruce entre codicia y corrupción para organizarse, porque comprendieron dolorosamente que, de no ser así, esa suerte de protocolo de encubrimiento puesto en marcha inmediatamente, terminaría en la ausencia de justicia.

“Cromañón fue un crimen con responsables, el gerenciador del lugar y los músicos organizadores del recital y el dueño del boliche, que priorizaron el lucro sobre la vida. También los funcionarios públicos que primero otorgaron una habilitación trucha y luego dejaron funcionar el local, a pesar de haberse vencido”, explican los familiares y víctimas en el documento.

“A 20 años de la Masacre de Cromañón, seguimos de pie. Continuaremos exigiendo memoria, verdad y justicia. Daremos las discusiones que sean necesarias, abriremos todas las puertas que el Estado se niegue a abrir o quiera cerrar con cualquiera de las formas en que sus candados se presenten. Los derechos no se negocian. La memoria tampoco”, con esas palabras cerró el documento del Movimiento Cromañón.

Una   vez finalizada la lectura comenzó la marcha por la Avenida de Mayo y la Avenida Rivadavia. Miles de personas llegaron al santuario con otras muchísimas personas esperándolos para realizar el acto central en el que no sólo se homenajeó a las víctimas de la masacre, sino también se inauguró una placa en honor a Nora Cortiñas, quien acompañó la causa en todo momento.

Sobre el escenario aportaron su arte La Ferni, la banda del Frente de Artistas del Borda; la Orquesta Nacional de Charangos, y varios sobrevivientes y familiares compartieron angustias y dolores a flor de piel. También se realizó una transmisión colaborativa en la que La Colectiva participó junto a La Retaguardia, La Tribu y Nota al Pie.

Foto – @bar_fotografia

Documento 20 años(2)

“Ni las bengalas, ni el rock and roll, a nuestros pibes los mató la corrupción” fue una de las expresiones recurrentes de estos 20 años de organización y lucha y se escuchó nuevamente durante los distintos homenajes que se llevaron a cabo estos días.

 “Hoy se sigue cantando, bailando, agitando, pudriéndola. Las pibas y pibes, algunos ya grandes pero que eran muy jovencitos entonces, se siguen abrazando, marchando, luchando, sobreviviendo y exigiendo justicia”.

¡LOS PIBES Y LAS PIBAS DE CROMAÑON PRESENTES!


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