Xiomara asumirá con la urgencia de atender demandas sociales tironeada por fuerzas ajenas y propias

El domingo 28 de noviembre, Xiomara Castro se consagró victoriosa en las elecciones de Honduras. Habían pasado doce años y medio del golpe de Estado.

Uno de los primeros países en reconocer el triunfo fue EE.UU. El secretario de Estado, Antony Blinken, felicitó a Xiomara Castro por su “histórica victoria”, probablemente sentado en el mismo sillón en el que Hillary Clinton, otro 28, pero de junio de 2009, daba luz verde para que las fuerzas armadas hondureñas dieran el golpe de Estado a Manuel Zelaya, líder de la alianza política que llevó al gobierno a Castro.

Xiomara asumirá en un país sumido en la pobreza y la violencia y deberá atender demandas urgentes de organizaciones sociales tironeada por la derecha y la ultra derecha que gobernó históricamente Honduras y por los proyectos que tenga EE.UU. para la región.

En este informe, el periodista chileno residente en Honduras, Roverto Barra, caracteriza la coalición que llevó al gobierno a Castro y las presiones a las que estará sometida. Barra deposita esperanzas sobre el gobierno que comienza una mujer a la que en los momentos más duros del golpe “No fue posible doblegarla, ella estuvo presente en cada movilización y en cada acto de resistencia que se generó”