En Son & Se Hacen hablamos con Leandro Aparicio uno de los abogados de la familia de Facundo Astudillo Castro, de quien se cumpliera el 30 de abril un año de su desaparición forzada y asesinato. Nos cuenta que con la designación a partir del mes de febrero de dos nuevos fiscales la causa dio un giro de 180º ya que se pudieron producir medidas de prueba como el análisis de los celulares de los policías que habían sido utilizados, y no otros ya que los efectivos habían entregado otros teléfonos. También se logró realizar la geolocalización de los móviles policiales. Ya se sabe que los policías que dicen detener a Facundo y soltarlo mienten, se encontraron mensajes en sus teléfonos que así lo demuestran. Hay tres testigos que lo ven en el móvil policial y ahora sus teléfonos han sido también geolocalizados, hay dos testigos más que lo ven tirado a Facundo en la ruta, adentro del patrullero del policía que desmiente a estos testigos se encontró un pelo con ADN que se corresponde con el de Cristina Castro, su madre. En la comisaría de Origone donde se encontró la vaquita de San Antonio perteneciente a Facundo, en febrero también encontraron la piedrita de turmalina dentro de un colchón, una piedrita igual se encontró en el Toyota Ethios perteneciente a una policía comunal de Bahía Blanca, este auto ha sido geolocalizado el 8 de mayo en el lugar donde se encontró el cuerpo de Facundo el 15 de agosto. Ese mismo 8 de mayo una de las policías implicadas desactivo su whatsapp. Existen demasiadas pruebas que implican a diferentes efectivos policiales en la desaparición y muerte de Facundo Astudillo Castro. Sin embargo la jueza María Gabriela Marrón junto a otros jueces designados por la marina y la derecha peronista de Bahía Blanca impiden que estos crímenes obtengan justicia, y más aún estas complicidades son las que sostienen que sigan ocurriendo, la violencia estatal es hija de la dictadura.
HD 
