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Planta Baja de noviembre: el lugar que habitamos

Escrito por el 7 de diciembre de 2017

Si bien todos son especiales, el último Planta Baja del año nació del encuentro (y esa palabra resonará de aquí en adelante) entre La Colectiva Radio y el Colectivo Contramar, con la excusa de la III Muestra de Cine y Radio Comunitaria en Mesoamérica “El lugar que habitamos”, organizada/curada por el colectivo oaxaqueño Ojo de agua Comunicación. Si bien fue parida algo más al norte, no por casualidad rebota aquí en Buenos Aires. Puesto que de lo que se trata es de pensar el extractivismo, el territorio, las resistencias, y los cuerpos como articuladores de todo aquello.

En un nuevo atropello radial a la cotidianidad de las calles caballitenses, nos encontramos en la planta baja del Espacio el Cid algunos habitués de la radio con Martín y Dino de Contramar en el acto inaugural del capítulo argentino de esta 3era Muestra y previo a la proyección de tres audiovisuales algunos escalones más arriba del CID. En el medio, fuimos encontrándonos en una conversación que nos fue llevando entre los callejones que recorrían sonoramente toda la Abya Yala. Compartimos a continuación algunos fragmentos.

 

Presentación III Muestra “El Lugar que habitamos”

Como señalamos, aunque el espacio de la radio que la planta baja de cada mes, el marco de este programa era diferente. De Oaxaca a Buenos Aires, Martín Vallejos del Colectivo Contramar se acercó a pedir unos materiales y se vino con toda la muestra.  En programas y “cápsulas” radiales y audiovisuales cortos, medios y largos que dan contenido a la Muestra, “lo que aparecen son voces de medios comunitarios hablando de su perspectiva, de sus problemas, de sus territorios; y aparecen voces muy variadas; es bien diversa y amplia, representativa”.

 

 

¿Qué es el Colectivo Contramar?

Bueno, ya dijimos que no estábamos sólxs. Ahora, ¿quiénes nos acompañaron en este PB? Dino Dilhos de Contramar arriesga una respuesta: “nos conocimos en la carrera de Comunicación en la UBA, y teníamos ganas, como algo general, de hacer algo”. Ese algo tomó forma de dos números de una revista homónima y con el tiempo devino en una editorial, que es el proyecto en el que se encuentran trabajando actualmente. Tienen editados títulos en sus series de arte callejero y narrativa y algunas más en carpeta. Por su parte, Martín redondeó: “sigue siendo un colectivo de trabajo que ha encontrado en este momento en la expresión escrita y en los libros algo que nos permite seguir siendo un colectivo de trabajo. Me parece que nuestro trabajo va por ahí: entre pensamiento y expresión”.

 

 

“Hay un cuestión que hace al rol que asumen las mujeres en las comunidades que está bien interesante para pensar el punto de vista comunitario sobre los territorios”, dice al pasar Martín (CONTRAMAR) y enseguida nomás empezamos a escuchar un poco las voces que llegan de la mano de la III Muestra, esas “Voces que somos”. Escuchamos uno de los programas participantes que nos trae las palabras que Berta Zuñiga Cáceres le dedicó a su madre al cumplirse 6 meses de su asesinato. Ahí suena bien fuerte con una dulce voz “ a mi mami no la mataron, y se jodieron los asesinos que querían matarla porque ella está acá, porque ella vive en cada uno y cada una de nosotras, y mientras sigamos luchando contra esa represa asesina, contra la privatización de los bosques y el oxígeno, nosotras vamos a seguir de pié y ahí va a vivir mi mami, ahí va a vivir Berta Cáceres”.

A la vuelta de este primer enlatado, Dino sumó otras fuertes palabras para sumar a la charla, leyendo El día de las pibas, de Diego Valeriano.

 

 

 Retomamos el nombre de Berta y las palabras de Diego Valeriano para empezar a pensar los cruces entre cuerpo, territorios y resistencias para situar el extractivismo. A manera de conversatorio, comenzamos a hablar del cuerpo como articulador de la resistencia y del rol designado para la mujer en la sociedad: la reproducción de la vida, poniéndolo en juego en este entramado de cuerpos-territorios-resistentes: “frente a los proyectos de muerte, una cosecha permanente de vida” parece resumir Martín.

 

 

“Los que peor la pasan son los que mejor resisten”

Seguimos con la ronda pensando el extractivismo y las resistencias en las mujeres y en la ciudad. Dino: “el extractivismo se ve de un modo privilegiado en el cuerpo de la mujer” (…) “es en ese cuerpo donde podemos encontrar más resistencia, más fuerza; ese padecimiento hace que esa experiencia sea una experiencia con menos miedo; que va formando ese saber que permite afrontar con otras potencias el extractivismo”.

Pensamos también cómo se articulan esos cuerpos resistentes, pensando la organización, o en términos más genéricos, el encuentro: “más que organización en el sentido de articulación simbólica, necesitamos encontrarnos, necesitamos espacios sociales donde contactar con otras y con otros, un espacio que te permita hablar de la experiencia que estás transitando”. Graciela, sumándose a la mesa, añade: “ese intercambio es el que te permite darte cuenta que también estás viviendo vos ese sometimiento, y ahí donde se encuentran caminos”. Martín: “poder volver a mirar el propio cuerpo a través del cuerpo del otro”

 

 

El extractivismo en las ciudades

Siguen llegando “Las voces que somos”. En este caso, empezamos a escuchar una serie de “cápsulas” realizadas por Educa Oaxaca, una Asociación Civil oaxaqueña que viene trabajando educación popular en áreas rurales desde una perspectiva de defensa del territorio.

¿Cómo pensar el extractivismo en clave de las grandes ciudades?. Ahí es donde comenzamos a pensar la pertinencia de la muestra en nuestro territorio en particular. “El extractivismo recorre toda américa latina; podemos identificar un montón de territorios en nuestro país azotados por diferentes formas del extractivismo, estamos hoy velando a Santiago en 25 de mayo, y tenemos ahí una línea bien clara de lo que es defender el territorio en nuestro país”, responde Martín.

Otras respuestas posibles: financialización de la economía, proyectos inmobiliarios, fumigaciones. El extractivismo en la ciudad nos quita el cuerpo. ¿Por qué defienden los mapuche tan tenazmente el territorio? Se pregunta Dino, y trae palabras de Sebastian Hacher para responde: “defienden ese territorio como quien defiende parte de su cuerpo”. El extractivismo separa el cuerpo propio del cuerpo-territorio, pensado como continuidad en otros modos de vida.

Modos de vida

La privatización del espacio público no podía no ser nombrada, una vez más, al pensar el extractivismo y la ruptura cuerpos-territorios. La conversación derivó hacia el pensar los modos de vida que habilita la atrofia sensible que implica la manera mainstream de habitar las ciudades.

Dino: “El cuerpo es continuidad, nos pone en contacto con el afuera; si no conectamos con nuestro cuerpo no conectamos con el territorio”. Qué hay para decir sobre las puertas cerradas, las rejas. ¿Qué modos de vida que se vuelven posibles?

 

 

 

Seguimos pensando los modos de vida que están habilitados en las ciudades. Pensamos , de la mano de Dino, en los placeres autistas. Pensamos el extractivismo como captura de eso que está ahí, disponible. “La captura se daría bajo el modo de la invención del yo, del individuo”. Ahí aparecen los placeres autistas, esos placeres que se dan en las relaciones con nosotros mismos a través de las pantallas, instrumentalizando la relación con el otro buscando sus likes.

Conversamos al pasar acerca de la figura de los runflas, aquellos que se quedaron en la calle y se apoderaron, de alguna manera, de ella, quienes tienen este saber de resistencia por ser los más expropiados. Martín les adjudica una relación diferente con el tiempo: “Los runflas no tienen futuro y no quieren recordar el pasado: es una forma completamente diferentes de pensar la relación con el tiempo, otra de las líneas mediante las cuales la ciudad nos expropia del cuerpo. “

Escuchamos hacia el cierre, otra cápsula de la serie Defensoras.

 

 

Programa “Mucha lucha”

Hacia el cierre, nos fuimos al programa audiovisual de la muestra. Hablamos de las proyecciones que se dieron a continuación de la radio abierta en la Planta Baja, en el primer piso del CID. Martín nos reseñó brevemente las luchas que aparecen en los tres audiovisuales a proyectar: en primer lugar, nos habló de La batalla de las cacerolas, memorias de lucha de mujeres en contra de proyectos extractivistas en Tepoztlán. En segundo lugar, Poder pal pueblo, una producción de Ojo de Tigre comunicación, colectivo del Estado de Guerrero. Se enfoca en lo que son los proceso de autodefensa hoy por hoy, por los cuales las comunidades se hacen cargo de su propia seguridad. La última, Weichanmu, vamos a la guerra, un audiovisual sobre el conflicto mapuche en el sur de Chile.


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