“No importa si es algo intrínseco del alimento o es agregado, el impacto para las arterias es el mismo”

Entrevista al Dr. Gustavo Alcalá

El Gobierno nacional dispuso una serie de modificaciones a la ley de etiquetado frontal vigente en Argentina desde 2022. Apuntan a que el etiquetado destaque a los alimentos con “agregados” en su formulación y no al total de azúcar, sodio o grasas que contengan. De esta forma, se avecinan cambios y probablemente varios comestibles producidos por la industria pierdan algunos octógonos, pero esto no los hará más saludables. Entrevista al Dr. Gustavo Alcalá, miembro de la Federación Argentina de Cardiología.

Argentina y Brasil fueron entre 2021 y 2022, hasta ahora los últimos países de América Latina en aprobar una ley de etiquetado frontal. El pionero fue Chile, la ley se aprobó antes pero se implementa desde 2016, lo cual, a nuestro juicio habla de un importante lobby que realizan las empresas que producen comestibles industrializados y que lograron retrasar la aplicación del etiquetado frontal en estos dos países referentes de la región.

En Argentina, la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable (N° 27.642) fue aprobada en 2021 y se implementó en 2022. Pero, al igual que en otras áreas de la economía, que estas empresas lo hayan tenido que aceptar no implica resignación. Y al parecer, esta nueva coyuntura política presenta inmejorables perspectivas para intentar borrar los octógonos de alerta de los envases.

Por un lado, la diputada nacional por el PRO de la Ciudad de Buenos Aires, Daiana Fernández Molero, presentó a mediados de noviembre pasado un proyecto de ley para derogar la norma y los decretos complementarios. La acompañó en su presentación en sociedad con un video en X, el diputado por Santa Fe de la misma fuerza política, Alejandro Bongiovanni. Entre otras razones esgrimidas para derogarla dijeron que era muy “paternalista”.

Por otro, el gobierno nacional dispuso una serie de modificaciones a dicha ley a través de la Disposición 11362/2024 de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Estas modificaciones apuntan a que el etiquetado destaque a los comestibles con “agregados en su formulación” y no al contenido total que presenten.

El 15 de enero, nos comunicamos con el Dr. Gustavo Alcalá, médico cardiólogo especialista en obesidad e integrante de la Federación Argentina de Cardiología. Con él abordamos la importancia de la ley 27.642 y los cambios introducidos por esta normativa del ANMAT.

Alcalá destacó algunos de los resultados positivos que ya ha mostrado la aplicación de la ley de etiquetado frontal que fueron bien recibidos por buena parte de la población. “A muy poco de haberla implementado estamos retrocediendo, cuando hay muy buenos resultados en Argentina. El 43% de los consumidores hace dos años tomaba en cuenta los rótulos para elegir sus compras. El 58% modificó las compras de galletitas y el 57% modificó el consumo de bebidas”, explicó.

“Consideremos que los rótulos tienen que ver con cáncer, con infarto del miocardio, con diabetes y con accidentes cerebrovasculares”, así se refirió Alcalá, sobre los alertas gráficos vigentes hasta ahora y agregó que “Este sistema, el que venía funcionando, es el más efectivo, ya hay evidencia científica de eso, y es simple: nos dice estos alimentos tienen mejor calidad nutricional y estos peores”.

También inscribió estos aspectos del consumo de alimentos en el impacto que tienen en nuestro país  representado en el incremento de enfermedades como la diabetes, enfermedades cardíacas, renales, cerebrovasculares, asma y cáncer, entre otras.