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«Esto es dolor, alegría, dolor, alegría…» Adriana Leiva

Escrito por el 3 de abril de 2023

Durante el 21° Festival de Resistencia y la Memoria Activa realizado el sábado 25 de marzo en la plaza 24 de Setiembre en el barrio porteño de Villa Crespo, conversamos con Adriana Leiva, hermana de María Delia Leiva, desaparecida durante la última dictadura cívico, eclesiástica, militar y empresarial que hubo en la Argentina.

Nos contó sobre el secuestro de su hermana y su sobrino Gabriel de 3 meses, cómo fue el reencuentro con él, la lucha por recuperar su identidad, la continua búsqueda de Delia desde hace mas de 40 años y la importancia de abrir los archivos de la dictadura.

María Delia Leiva fue secuestrada junto a su bebe el 11 de enero de 1977 a la salida de la fábrica donde ella trabajaba, en San Martín.

Adriana señala la foto de la joven que tiene en sus manos y nos dice:  “Ella es María Delia Leiva, hablo en presente porque están desaparecidos, es psicóloga y profesora nacional de danza, empezó a militar, pertenecía a la organización PRT, entonces se proletarizó y trabajaba como operaria en Textiles San Andrés en Villa Zagala, San Martín. Ahí la fábrica tenía guardería por lo tanto ella iba con Gabriel, su hijo de 3 meses, y el 11 de enero de ´77 a la salida de la fábrica la secuestran junto con Gabriel”.  A partir de ese momento Adriana junto a su madre, que formaba parte de las Abuelas de Plaza de Mayo, comenzaron una larga búsqueda que duró 25 años para poder reencontrarse con Gabriel, quien también había iniciado su propia búsqueda, expresa: “Gaby tenía 25 años se presentó en Abuelas, se hizo el análisis y era mi sobrino, era Gabriel, el hijo de Dilín (nosotros le decíamos Dilín en la familia). Eso fue en el año 2000”.

Adriana es querellante en la megacausa de Campo de Mayo, zona donde desaparecen su hermana y su sobrino, colaboró durante muchísimos años en el área de investigación de Las Abuelas. Cuando aparece Gabriel ella ya tenía una causa abierta como familiar, lo que le permitía poder abrir casos que no necesariamente fueran el de su sobrino, pero sí podía ser el nieto de otra abuela. En el 2013 se lleva adelante el juicio oral. Adriana relata: “Gaby nos cuenta que a él lo entrega en la ciudad de Pergamino una mujer de la Brigada Femenina de San Martín, o sea Gaby estuvo en la Brigada donde estuvo Pietragala, Victoria Montenegro, donde pasaron un montón de pibes y pibas, y donde la Brigada funcionó como Centro Clandestino. La mujer que lo entrega, lo entrega a un matrimonio que no podía tener hijos, que son los que lo criaron y los que lo apropian”.

Gabriel Matías Cevasco estuvo 25 años con otra identidad, lo anotaron el 13 de febrero de 1977 como si lo hubieran parido, con la complicidad del dueño de una de las clínicas más importantes de Pergamino. Su partida de nacimiento y su documentación respondían al nombre de Ramiro Hernán Duarte. Adriana narra lo difícil que fue para Gabriel recuperar su nombre y su verdadero mundo y remarca las complicidades en juego y la impunidad con la que aun hoy se manejan los responsables: “Vivió 25 años con otra identidad, se casó con otra identidad, votó con otra identidad, así que después tuvo que hacer todo, en papeles se tuvo que casar de nuevo, un montón de cosas. Por eso nosotros tuvimos el juicio oral por la apropiación de Gaby con mucha impunidad porque el médico que firmó la partida estaba grande, lo que ya sabemos, la mujer que lo entregó no estaba bien de la cabeza entonces la mandaron a un geriátrico. Se murieron impunes, así de simple”.

Al preguntarle como es hoy el vínculo con Gabriel, después de 20 años, se le ilumina la cara y nos dice:

“Hermoso. Hermoso. Con Gaby cuando nos vimos para mí fue como mirarme en un espejo. Además que fue como una cuestión de piel. El abrazo… tenemos una relación hermosa. Hermosa, hermosa”.

Le preguntamos como fue que Gabriel empezó a sospechar sobre su identidad y relata:  “Él cuando era chiquito había preguntado y le habían dicho que era hijo del corazón. Él me dice que preguntó como preguntan los pibes en general si son adoptados. Después no se habló mas del tema, a veces le decían que si en la calle se encontraba alguna mujer grande que le preguntaba, alguna abuela, ese tipo de cosas… A los 17 años él viendo y leyendo el diario se enteró del tema de la búsqueda de los nietos, de las Abuelas, de la CONADI (…) Ahí lo ayudó muchísimo su esposa que es una hermosura y se hizo el análisis, fue a Abuelas, fue a la CONADI, dio su sangre y nosotros los teníamos como familia el banco nuestro de sangre estaba bastante completo. ”

Le preguntamos en que estado se halla el juicio por la apropiación y responde:

“Ya hay sentencia, pero todo muy… Calculá que el juicio fue en 2013, hace poquito y todavía estoy peleando que me mandan que el apropiador pide para salir a trabajar, que el apropiador es grande, que el apropiador… es como que no termina nunca, siempre apelando… Igual ellos están en prisión domiciliaria y dentro de poco… ya está. Igual no importa, los juicios para mí tienen trascendencia o importancia, está bueno que se hagan pero no funciona la justicia, lamentablemente. Hay muchos errores, pocas voluntades, pero bueno ahí estamos, de hecho cuantos años hace que estamos y los juicios siguen y por ahí tenes audiencia una vez cada quince días, estamos todos locos, y los mismos familiares nos vamos yendo también (…) pero bueno la gente se muere, los sobrevivientes también se mueren, los genocidas también se mueren, los cómplices también se mueren…”

Adriana hace hincapié en la complicidad empresarial durante la dictadura, que actualmente se manejan con total impunidad y de la importancia de que el Estado abra los archivos y continúa la charla diciendo que su madre falleció antes, sin llegar a conocer a Gabriel, de las tristezas y las alegrías constantes que atravesaron a su familia y de la incansable lucha por saber donde está su hermana, lucha que a pesar del transcurso de los años no tiene final.

Entrevista Completa a Adriana Leiva


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