«Nuestra Señora de las Nubes» en el Casco Histórico
Escrito por La Colectiva Radio el 19 de junio de 2023
Todos los domingo de junio en El Casco Histórico- Comunidad Cultural (Piedras 1016, CABA), podemos disfrutar de «Nuestra Señora de las Nubes» una obra de Aristides Vargas. El barrio porteño de San Telmo recibe esta nueva reversión de la mano de Leonardo Gavriloff quien, además de llevar a cabo la dirección y puesta, representa a varios de los personajes que tiene la obra junto a la actriz Carolina Henríquez y al músico Luis Olavarría Baeza.
Después de la intensa función, La Colectiva Radio se acercó para conversar con los integrantes.
Entrevista a Leonardo Gavriloff
¿En que consiste la obra y por que la elegiste?
«Son cuatro únicas funciones en junio, es una obra bastante particular, que es como un emblema del teatro latinoamericano por lo que cuenta, es muy conocida, estrenada por allá en el año 2001. El autor es argentino exiliado en Ecuador, del grupo Mala Yerba, que se instaló allá hace muchísimo tiempo, sigue allá. Y es un texto que trata desde el absurdo, grotesco y algunas situaciones fuertes, temas que tienen que ver con la memoria, el exilio, con la verdad y con otras situaciones en un país simbólico que es Nuestra Señora de las Nubes».
¿Qué sentís que metaforiza eso hoy en nuestro país?
«Yo creo que tiene que ver con lo que pasa en cualquier lugar del mundo, más allá del hecho histórico, con aquellos que dejaron sus tierras por el motivo que fuese, que tuviesen que salir de su lugar, que fueron exiliados, y que siempre hay que recuperar la memoria de lo que pasó, porque esas personas, ya sea por temas políticos, por temas de guerra, por temas económicos, trabajo, lo que fuese, dejan su pueblo y siempre hay que hacer memoria. Yo creo que va por ahí, ¿no?»
¿Cómo lo recibe el público?
«Bien, bastante bien, porque se divierte por algunos momentos, reflexiona por otro, en otros momentos se sensibiliza, porque es fuerte en algunos momentitos, y trae justamente a la memoria cosas que pasaron en este país, en otros lugares de Latinoamérica y por qué no en otros lugares del mundo, por supuesto».
¿Cómo te sentiste vos, en especial en aquellos momentos fuertes?
«Y sí, hay fuertes momentos los cuales uno tiene que jugar mucho desde la emoción. Cuando uno se divierte en los personajes por ahí más histriónicos, más grotescos, uno lo pasa bien, digamos. Pero en los otros momentitos siempre está la fibra esa donde se mezcla un poco el actor con el ser humano, ¿no? De cosas que pasan en el entorno ahora con los 40 años de la democracia que está tan viva la memoria de todo lo que pasó en nuestro país en los tiempos nefastos. Y sobre todo yo que vengo de Tucumán, estoy hace 16 años, que en esa época del proceso concretamente fue un momento muy fuerte, que se vivió en mi tierra, en ese lugar. Y bueno, me trae a la memoria situaciones fuertes».
(Flayer de la obra «Nuestra Señora de las Nubes»)
Leonardo nos cuenta que el próximo domingo se hace la última función y que es muy probable que sea doble para que nadie se quede con ganas de verla.
Entrevista Completa a Leonardo Gavriloff
Entrevista a Carolina Henríquez
¿Cómo te sentiste siendro Bruna y todos los personajes diversos que encarnás en la obra?
«Buenas, La Colectiva, soy Carolina Henríquez, soy Bruna y soy, como dijo Caro, un montón de personajes más. La verdad es que es un desafío súper importante porque hago siete personajes: Bruna y seis más. El otro actor es Leo Gavriloff, que aparte es director, y después tenemos un músico en vivo y la verdad es que, nada, genial, tengo muy buenas repercusiones de la obra, super contenta de este desafío».
¿Cómo te sentís con el concepto, lo que la obra trata de simbolizar? ¿Cómo lo vivís vos?
«Bueno, paso por un montón de sensaciones y de sentimientos. Pasamos por lo grotesco de hacer personajes que son graciosos de repente, pero que todo está basado o se arraiga en lo mismo que es el desarraigo, precisamente. Como el exilio, el infortunio de tener que irse a otro lugar, de tener que empezar todo de cero, de tratar de ampararse en el no me acuerdo, en el olvido, para no sentir tanto el dolor, me parece que va por un poco por ahí la obra».
¿Cuál es la expresión que ves en el público cuando vas haciendo todos los personajes diferentes?
«Depende de la función, pero hay momentos que son de risa, porque claramente son graciosos y son muy estereotipados, grotescos, pero no en el sentido de lo que significa el teatro grotesco, sino en lo ridículo quizás de un personaje, y después la emoción, la emoción se siente a full, la emoción de todos, de todo el público lo que más se siente es la emoción y lo que más nos comentan cuando termina es eso, lo emocionados que se sienten y atravesados por la obra».
¿Cómo te sentís después de cada función? Porque uno te ve poniendo el cuerpo y haciendo tanta variedad de personajes que supone que terminas de cama.
«Sí, un poco sí. Un poco sí, pero después me dan ganas de salir a celebrar un poquito con los amigos, con amigos, con mi hijo, pero sí, es energía, mucha energía. La que viene es la última en Capital, pero la idea es continuar en otros lugares, Mar del Plata, Tucumán, tenemos como un par de propuestas súper interesantes».
Por otro lado, queremos preguntarte un poco acerca de la dinámica de lo que ocurre dentro de toda la escena, ¿no? Que la escena está formada por ustedes actuando y por el público, ¿qué es lo que ocurre ahí?
«Mirá, es una propuesta completamente diferente de las que uno está acostumbrado a ver en el teatro, que es el público sentado en la cuarta pared. Acá hay una propuesta diferente, con una dinámica diferente, y también con una propuesta de… Por ejemplo… cada asiento tiene un cartel con un nombre y algunos carteles están en blanco. Entonces hay gente que se ponen los cartelitos en el cuello, como se le pide antes de que se sienten, con nombres que usamos en la obra, durante toda la obra, porque forman parte de la historia de estos personajes que van contando la obra. Y hay carteles también que están en blanco. Y los carteles en blanco, que algunos se preguntan y dicen… Yo lo he visto decir en el estreno, mi cartel no dice nada, de un lado ni del otro. Y bueno, esos son los NN. Y un poco de eso también habla la obra».
Retomamos que la obra se llama Nuestra Señora de las Nubes, y ahí es donde ocurren un montón de ocasiones y de cosas y situaciones dentro de lo que es un país o una especie de mundo. ¿Cómo ves esto hoy relacionado con la actualidad, esta metáfora de la obra?
«Yo creo que es algo atemporal. Nosotros quisimos hacerlo atemporal, porque si bien la obra está escrita por un autor argentino exiliado en la época del proceso, en Ecuador, y que hizo toda su carrera artística ahí, nosotros entendemos que esto también abarca a los venezolanos de ahora, a los ucranianos, a los españoles de hace 50 años, abarca a muchísima gente que no solo somos los argentinos que se exilieron en la época del proceso. Entonces tratamos de hacerla, como decía, de forma atemporal, y por eso le damos distintos acentos también, ¿no? Un acento español, un acento mexicano, un acento venezolano, y bueno, de esa forma tratar de hacer que todos sintamos que somos parte de lo mismo, que cualquiera de nosotros puede ser un exiliado el día de ayer, hoy o mañana».
Entrevista Completa a Carolina Henríquez (Parte 1)
Entrevista Completa a Carolina Henríquez (Parte 2)
Entrevista a Luis Olavarría Baeza
Luis es el músico de la obra, que hace música en vivo a lo largo de las escenas con intervenciones significativas y repletas de sentido. La idea es que nos cuentes un poco ¿Cómo fue esto de interaccionar entre la actuación y la música? ¿Cómo se ensambla?
«Bien, mira, en un principio para mí fue todo muy extraño, porque sería la primera vez que yo estoy incursionando en el tema de la actuación y, mira, como que me gustó muchísimo porque al principio el tema de proponer la música, lo que voy a hacer, mi participación, cuáles van a ser mis intervenciones, en qué momento intervenir, todo eso me nutrió de una experiencia de la cual para mí era inexplorable. Entonces ahí empecé a tomar un taller de actuación también, como para no estar tan perdido en el momento de actuar. Y fueron varios meses de lindo trabajo. Como ya vieron, solamente fuimos tres en escena, en una serie de 14 personajes. Entonces fue un trabajo… fuerte, fuerte y muy lindo.
¿Cómo te sentís con la temática que atraviesa Nuestra Señora de las Nubes? ¿Cómo lo atravesaste vos personalmente?
Mira, me gusta la forma en que se presenta la temática del exilio, del olvido, la memoria, el ensueño. A mi parecer que el texto en sí es como un cuerpo descuartizado, separado por todas partes, no hay lógica, o sea, hay una lógica y ilógica, no sé si se me entiende, pero… Nunca había visto una obra así, que se presentara de esta manera, de tanta ruptura. Y entonces me pareció bastante interesante, lo disfruté muchísimo, disfruto cada función y todo muy lindo.
Entrevista Completa a Luis Olavarría Baeza
«Nuestra Señora de las Nubes» nos aloja de una manera imponente, por momentos graciosa, por momentos incomoda, por momento desesperante. La angustia se nos queda en la garganta un rato y se transforma en oxigeno al momento siguiente. Una obra con sillas en circulo, actuaciones desangrandose, una música que interpela y un público que es pueblo y parte de lo que todos somos en carne viva: Memoria.