Guía Ema: caminos para resistir e insistir
Escrito por La Colectiva Radio el 29 de agosto de 2025
El lunes 18 de agosto en el edificio anexo del Congreso de la Nación, sobre avenida Rivadavia, esquina Riobamba, se presentó la Guía y Proyecto de Ley Ema, herramientas para el abordaje de casos de difusión de contenidos íntimos sexuales sin consentimiento en ámbitos educativos.
Se dieron cita organizaciones sociales, civiles y políticas, académicas, docentes y estudiantes, concejales de distintos distritos de la ciudad y la provincia de Buenos Aires; funcionarias y trabajadoras de distintas áreas sociales de gobiernos locales, referentas comunitarias y activistas transfeministas, la embajadora de México y la activista Olimpia Coral Melo.
Comenzó tomando la palabra la diputada Mónica Macha, quien dejó en evidencia que estas propuestas se articulan con leyes preexistentes en nuestro país, como la Ley de ESI y la Ley 26.485, para sancionar, erradicar y prevenir la violencia de género; y la ley Olimpia, que necesita la incorporación de la violencia digital como delito al Código Penal. También describió que los territorios digitales implican desafíos particulares al momento de pensar marcos normativos, por la actualización y vertiginosidad de sus tiempos. Destacó que las sobrevivientes y familiares víctimas de la violencia digital que pensaron y construyeron este aporte fue para que las situaciones que atravesaron no las vuelvan a pasar otras personas, en una apuesta por lo colectivo y lo humano, en tiempos de un gobierno cruel y odiante.
Luego habló Milagros Schroder, Coordinadora de Educación de la organización Faro digital, que indicó que somos la generación que crea las tecnologías que usamos, pero que necesitamos acuerdos de crianza en esos entornos; apuntando lo necesario que es hacer la pregunta por cómo nos fue en internet, para traer que lo virtual es real. Dijo que esta guía no sólo busca la prevención, sino la gestión de casos, porque es una problemática que se da entre pares, y sucede cuando fallaron situaciones previas, por eso implica un compromiso, acompañamiento y mirada integral de los adultos.
Seguidamente escuchamos a Florencia Cerda, en representación de la organización Gentic, que desarrolló aspectos legales de las herramientas presentadas, indicando que la iniciativa busca generar espacios digitales seguros, con perspectiva de género e inclusión, ya que más del 90% de las violencias digitales afectan a niños y poblaciones diversas, especialmente mujeres. Destacó la creación de un recursero nacional, que centralice información sobre recursos estatales disponibles para víctimas, incluyendo asistencia jurídica y psicológica. La especialista enfatizó la importancia de la educación para prevenir la violencia digital, considerando que es un problema cultural que requiere políticas públicas sostenidas en el tiempo.
Flora Viola, de Fundación Encuentro, tomó la palabra y mencionó que los territorios digitales son espacios de cuidado pero también de riesgos. Narró el proceso que llevaron adelante en la confección de la guía, motivando a discutir en las comunidades educativas y en la praxis cotidiana a partir de ella. No tuvo el fin de ser una receta, pero sí un aporte para “pensar a los adolescentes y a las adolescentes desde una perspectiva del cuidado y no desde una perspectiva del castigo.” Indicó la clave de la formación permanente de docentes y cuerpos directivos de la comunidad educativa en general. Finalmente dijo: “Es necesario que nos alentemos de algún modo a los problemas antes que estallen y podemos tener una perspectiva para adelante de cuáles son las nuevas configuraciones que los territorios digitales van a traer a la vida cotidiana de nuestras escuelas.”
Seguidamente Olimpia Coral Melo, activista en Defensoras Digitales México, destacó la importancia a nivel americano de la labor parlamentaria argentina, porque inspira a la creación de normativas en los demás países. También puso el foco en las problemáticas que está generando la inteligencia artificial generativa en relación a la producción de imágenes desnudas de mujeres, adolescentes y niñas.
Finalmente escuchamos emocionados a Laura Sánchez, la mamá de Emma Bondaruk, una adolescente de 16 años de la localidad de Longchamps, que se quitó la vida luego de que un compañero de colegio difundiera fotos íntimas sin su consentimiento.
“Un click todo lo había destruido. Todo lo que conocíamos, todo lo que teníamos. Un click había dejado trunco mil sueños, proyectos y anhelos que una adolescente, Emma, mi hija, tenía por delante. La noticia trascendía de manera voraz, como todo lo que trasciende vía redes sociales. Una catarata de mensajes y personas que yo no conocía, empezaron a llegar a mí. Algunos horrorizados, algunos juzgando, algunos señalando. Algunos alentados por la curiosidad, otros por el morbo y muchos otros, por suerte, empatizando desde el amor. La vida me ponía de cara a la violencia digital de género. Nunca la había oído nombrar.”_
Puso en evidencia la necesidad de entender que la prevención y el cuidado no es algo individual y la urgencia de accionar para concientizar y educar, “porque es la única forma de prevenir.” Dijo que esta tragedia no puede ser en vano, un sinsentido, sino una forma de hacer visible una problemática que no se puede cobrar otra vida.
El proyecto define la violencia digital como “toda conducta, acción u omisión que sea cometida o agravada con el uso de tecnologías con el objeto de causar daños físicos, psicológicos, económicos, sexuales o morales tanto en el ámbito privado como en el público.” Se contempla, por ejemplo, la reproducción, comercialización, y difusión, sin consentimiento del titular de la imagen, de material digital íntimo sexual, erótico o de desnudez, real o editado. También, comprende la reproducción en el espacio digital de discursos de odio misóginos y patrones estereotipados sexistas, o situaciones de acoso, amenaza o extorsión digital, control o espionaje de la actividad virtual.
Haz clic para acceder a EMA-editorial.pdf
HD